jueves, 20 de diciembre de 2018

Las estrellas mueren

Las semejanzas entre el tejido del universo
Galaxias, radiación de fondo
Y las estructuras del cuerpo humano
Tejido neuronal, nervios

Todo son escalas
No existe lo grande
Tampoco lo pequeño
¿Qué es absolutista?

Pero sí existe lo insignificante
Todo es mundano en el tiempo
Yace el cuerpo de ella en el fulgor
Sin miedo a la muerte no hay vida

El camino que ahora transitas
La verdad que nunca enmascaras
Tu perdición fue tu nacimiento
Todo empeoró desde aquel momento

Cómo puede alguien que se odia
Cómo puede aquel que no quiere vivir
Cómo puede no morir
Quien es infeliz se mata

La vida es la cordura, es degollina
Las aguas que antes bajaban podridas
Los dólmenes que no se sostuvieron nunca
No hay verdad en tus ojos sin alma

Nada puede sostenerse
Nada aguanta
No existe el equilibrio
Sólo hay cosas que tardan más que otras
Más que otras en caer
Allí donde fallece la barbarie
Donde crece la sutlileza
Cuando la violencia sólo es vergüenza
¿Puedes agarrar los sentimientos de los demás?

Sólo existe un dogma, un evangelio
La doctrina de amar la vida o morir

· Los días en la cascada - Yoss M. V. - 555 días.

jueves, 1 de noviembre de 2018

Cerca de la muerte

¿Por qué el arte existe gracias al dolor?
Sólo si hay sufrimiento viene la inspiración
Allá donde mora el miedo yace la vanidad
Sin más por qué rogar, el hombre se ilumina

Borracho, enfermo, completamente drogado
Una última afrenta a la extremaunción
Con la aceptación de la muerte
Con el soborno al alma

Será pues el instinto de supervivencia
Cuando uno se acerca a la muerte, agudiza la inteligencia
Un mecanismo animal, una extrapolarización
Una reminiscencia de nuestro pasado como bestias

El cerebro y el cuerpo se preparan para el último salto
El animal se crece ante la adversidad para sobrevivir
Nos aprovechamos de ello para inspirarnos
Con un cuchillo acariciándote la garganta surge la musa

La tristeza, la amargura y las demás drogas
Sólo son
La pesadumbre, el temor y la obstinación
Quedan ahí

Sufrir inspira
Doler nace
Caminaré al borde del precipicio
Caminaré para por fin ver la luz
¿Qué esconde el abismo?

Asomados sin caer, moriremos de algo
Mejor morir habiéndolo dado todo en vida
Que lo mejor de nosotros no quede sin ser explorado
Cada ruta, cada momento de nuestro ser

Demos todo sin pensar en el mañana
Pues quizá no haya un mañana
No siempre se vive en el mañana
Nada quedará de nosotros mañana

No tenga miedo a explorar
Siempre se puede volver atrás
Si cae, sólo acelera el proceso
Mejor saltar a morir aplastado

Mark Kerkel - Inspiratio

jueves, 25 de octubre de 2018

La calma sin fin (+18)

El padre de Sergio había cometido una atrocidad, su familia estaba muerta, un compañero de clase también había sido asesinado.

El pueblo estaba completamente mudo, anonadado. Las autoridades fueron indagando y finalmente se dispuso que aquellos que habían lanzado a Sergio al río cumplirían una pena bastante alta: se iban a pasar cada día de sus vidas en un reformatorio (cárcel de menores de edad) hasta cumplir los dieciocho. Sin embargo, la gran mayoría de niños que participaron en la pelea simplemente fueron obligados a acudir a psicólogo durante seis meses.

Amanecía un nuevo día y lógicamente nada tenía sentido: se había producido una tragedia y nadie quería hablar del tema, parecía un pueblo fantasma si bien se intuían miradas indiscretas a través de los ventanales de las casas. Se notaba esa sensación de pesadumbre en el ambiente, el único punto de reunión que era un pequeño bar situado en plena plaza del pueblo, junto a un pequeño parque y al ayuntamiento estaba cerrado. Las gentes del pueblo que se dedicaban principalmente a la artesanía, el campo, la ganadería o trabajaban en la fábrica de piezas mecánicas situada a una hora y media del pueblo (en coche) no habían acudido a sus puestos de trabajo.

Me desperté entonces con ella, tenía su cabeza apoyada sobre mi pecho y me abrazaba como si quisiera aprisionarme, daba la impresión de que tratada de introducir su cuerpo en el mío, buscando una fusión imposible. Entonces comencé a moverme ligeramente para levantarme y me susurró "¿Dónde crees que vas?" acto seguido fue a la cocina donde estaban mis padres tomándose un café y algo de pan tostado y subió a la habitación dos tazas de té con un par de bollitos de canela.
Mientrás desayunábamos en mi escritorio me dijo:

"Parece que hoy no habrá que ir a la escuela. Al final todo ha salido a pedir de boca ¿no? vamos, la gente está encerrada en sus casas por miedo a lo que pueda ocurrir, nadie quiere salir y por lo tanto estoy segura de que nadie acudirá a la escuela. 
Supongo que tus padres te darán una charla, baja a hablar con ellos y cuando acabes vuelve a la habitación, yo estaré ya cambiada y así nos vamos a pasear."

Mis padres no comprendían bien la situación. Mi vecina siempre se había quedado a dormir desde que éramos muy pequeños. Prácticamente desde que teníamos seis años había venido a mi casa y yo a la suya a veces, éramos buenos amigos y vecinos. Aunque los padres de ella eran gente muy extraña y siniestra, no había una mala relación.
Lo que les desconcertaba era el hecho de que estábamos durmiendo en la misma cama desde hacía unos meses y todo indicaba que manteníamos relaciones sexuales, además: todos ya sabían que éramos pareja. Entonces ellos se preguntaban si siempre habríamos dormido en la misma cama, cuándo habrían comenzado las relaciones íntimas... estaban perplejos pero pensaban que no había nada de malo en tener novia joven siempre que me casara con ella en el futuro. Mi abuela creía que era mala hierba, que era una bruja, que no seguía la tradición cristiana. Mi madre tampoco la tenía en alta estima, si bien mi padre pensaba que sin ella yo sería un gamberro más y todos entendían que gracias a tener pareja yo no me había inmiscuido en el crimen de Sergio, por ello comenzaban a pensar que no podía ser tan mala.

Bajé a la cocina y allí estaban mis padres y mi abuela. Mi padre me invitó a sentarme en la silla más próxima a mi madre y que nos ponía frente con frente.

"Sabemos lo que ha pasado. Lo de Sergio es algo muy fuerte, le han dado muerte de una forma cruel, despiadada y brutal. Nadie tiene derecho a quitar una vida, está bien que el chico era subnormal y que lógicamente es normal que os burléis de él, pero ya matarlo era algo innecesario. Nos alegramos mucho de que no hayas tenido nada que ver, aún así si necesitar hablar estamos aquí para lo que sea. en el pueblo bueno, ya sabes, es mejor que no os metáis en líos. La escuela ya irá tu madre para ver cuándo estará abierta, por lo demás esta tarde hay una misa, ¿vas a ir?"

Realmente no me preguntaban, me estaban obligando como siempre, pero yo odiaba asistir a la iglesia, realmente era algo que me producía un hastío indescriptible, esa sensación de incomodidad era intolerable. Entonces apareció ella bajando las escaleras, nunca había ido a una sola misa, jamás había pisado la iglesia, al igual que sus padres. Caminó hasta mí y me agarró de la mano:

"No le hagan ir a la misa, ha estado toda la noche llorando, Sergio era amigo y compañero nuestro, no creo que él vaya a soportar estar en una habitación con lo que queda del cuerpo de nuestro querido compañero, se pondrá mal, daremos una vuelta para que le de el aire y se desahogue."

Con estas mágicas palabras consiguió que mi padre asintiera y aprobara mi ausencia en el templo de la pedofilia -como lo llamaba el padre de ella-. Realmente tenía algo, me protegía, me hacía feliz. Sabía que de algún modo era el mal, pero: ¿cómo puede ser malo algo que te hace ser tan feliz?
La expresión de mi abuela era la de la amargura, su mundo se venía abajo. La tradición católica se hundía por momentos, tantos pueblos masacrados, tanta inquisición para que ahora dos adolescentes simplemente dejaran de lado aquello que había guiado su vida, para que ahora dos adolescentes despreciaran la esperanza comprada con ignorancia y servidumbre durante más de un milenio.
Podía ver que tan sólo las enseñanzas católicas evitaban que mi abuela expresara el odio negro que sentía hacia mi novia.

Entonces todo el pueblo se vistió de luto y acudió en tropel a la iglesia. No faltó nadie, ni tampoco los condenados que se sabían perdidos pues iban a ir a un reformatorio en la ciudad y quizá nunca regresarían. La pequeña iglesia se llenó y cerraron las puertas, en ese momento el sacerdote comenzó a leer la biblia en latín durante más de una hora para pasar luego a dar un discurso sobre la barbarie y lo horrible del crimen de Sergio. Preámbulo de una charla sobre el perdón y su importancia.
Es curioso que un representante de una religión que ha dejado atrás a la inquisición pueda criticar la barbarie de otros y resulta casi irónico que después hable del perdón. ¿Hablaba de los asesinos de Sergio o de la doctrina que él seguía?

Mientras todo esto ocurría recuerdo que fui caminando con ella de la mano hasta la iglesia. Nos fuimos a la pared este, un enorme muro de piedra gris, conformada por bloques de gran tamaño y peso que se unían dejando pequeñas ranuras entre ellos. A pesar del grosos de aquellos paredones se podía escuchar cada palabra de lo que ocurría dentro.
Ella me empujó levemente para que me apoyara en la pared mientras comenzaba a besarme de forma apasionada y me susurraba "¿Lo ves? todo el pueblo para nosotros dos, nadie nos molestará aquí" entonces comenzó a reírse mientras bajaba mis pantalones lentamente.

No era el momento, no era el lugar pero las hormonas me fallaban y tenía una erección incontenible mientras que mentalmente seguía hipnotizado, otra vez ese efecto, esa falta absoluta de voluntad, de libre albedrío, otra vez sintiéndome como un espectador adyacente a mi cuerpo. Comenzó a realizarme una felación mientras sonreía malévolamente, escuchaba las palabras del cura de fondo y el silencio sepulcral de los asistentes y cómo ella trataba de ser sigilosa. Esos sonidos tan típicos de una felación, mi respiración algo agitada y aquel anciano hipócrita era un contraste que realmente sacudía mi mente.

Finalmente acabé eyaculando y entonces ella comenzó a reírse porque estaba manchada, se puso en pié y me dijo que fuera con ella a mi casa a lavarnos. Después de asearnos nos vestimos y salimos a pasear de nuevo, esta vez nos dirigíamos a nuestro lugar secreto. Nos cruzamos con la marabunta de gente que salía de la iglesia y ahí salían con el ataúd con Sergio y también los con los de su madre y su hermana en una procesión funeral. Giraron por un lateral de la iglesia para dirigirse al cementerio y allí había aún un pañuelo con restos de semen, al igual que en el suelo.
Pisaban el pañuelo y ella se reía disimuladamente.

Yo no podía reaccionar, durante la misa y el entierro de nuestro compañero fallecido... allí estábamos los dos, después de aquel momento libidinoso, observando uno de los días mas grises de la historia del pueblo.

¿Qué pensarían los demás? ¿Por qué éramos los únicos que no habíamos ido a la misa? ¿qué teníamos que hacer que nos impedía acudir al entierro? Después de no haber hecho nada por él, sin haberle defendido cuando más lo necesitaba ¿ahora mancillábamos su recuerdo?

martes, 23 de octubre de 2018

¿Qué pasa con Lilith?

Grandes problemas con la pequeña Lilith
¿Qué hay de malo en ella?
Quiere darme su veneno
Quiere tomarse el mío

La tristeza la inunda
Se siente siempre sola
No puede querer a nadie
Nadie puede quererla

¿Qué verá a través de esos ojos?
Me pregunto qué sentirá
Cuando estas muerto en vida
Cuando apenas puedes sentir

Pasan los días y yace sepultada
Infamia, horror y prejuicios
¿Qué tiene de malo Lilith?
Su sonrisa atemoriza al mundano

En la debacle de los convencionalismos
Cuando la sociedad se descompone
Ella permanece anclada al pasado
No puede soñar

Se alimenta del sufrimiento ajeno
Son dos y uno en el mismo instante
Parásito sin piedad
Quédate conmigo una noche más

Aún solloza por las mañanas
Vicio sin fin por las noches
Locura desatada
Dolor que se le escapa

¿Cómo puede ser el día más oscuro que la noche?
Mírate y no te compadezcas
¿Por qué te autoflagleas?
¿Por qué te odias tanto Lilith?

Me mira con deseo pero me da pavor
Quiere enterrarme en el subsuelo
Mantenerme catatónico
Quiere estar dentro de mí

Sonnder Sony - Lilith (Capítulo I) - Sektum

miércoles, 10 de octubre de 2018

Que ya no estamos

No puedo entender que seamos lo mismo
Simplemente nos separa la velocidad
Se integra, se desintegra
¿A qué sabe la vida?

Cuando la luz de la estrella matutina llega...
Ahí entonces sé que nos alcanzaremos
Una oscilación en el infinito
Un grito al universo

La combinación cambia nuestros seres
No entendemos nada
Quizá no queremos ver lo real
Hoy ha muerto dios

La vida es un impulso hacia adelante
Desnudamos el universo
Ensuciamos la creación
Creados para destruir

Parte de algo mayor
El sentido de la vida está justificado
Creemos en la realidad
Sólo vemos los efectos

Si la existencia depende del observador
Si las calles se vacían y desaparecen
Cuando no amas a alguien se desvanece
La locura más real es que soy el protagonista

La vida es un impulso hacia arriba
Porno duro, drogas y mentiras
Soportar la pestilencia de la soledad
Cómo vamos a estar solos

Las condiciones de la existencia
La eternidad en su plenitud
Avanzamos para el creador
Dios ha nacido hoy

La naturaleza llora y de sus lágrimas nacemos
Esta vez no recaeré
Cuando la persona controla la ansiedad
Cuando el telón del miedo cae...

Libérate a ti mismo en este universo
Fluctúa en esta locura
Comparte la entropía
Llena el vacío

Si no comprendes la existencia
Libera el caos
Déjate seducir y baila con ella
La locura, la más dulce de las pasiones

Diccionario obsoleto - Anónimo - Versículo "Madame Bentlloir" - Libros prohibidos.

martes, 18 de septiembre de 2018

He trascendido (+18)

Cómo no recordar a aquella bruja, insufrible mujer enana y acomplejada que trataba de apagar cualquier luz que brillara más que la suya.

Era un día especial porque yo finalmente estaba estudiando en la universidad y viviendo con mi novia de siempre en una casa recién construida allí en el pueblo. Habían instalado una comisaría y un pequeño puesto sanitario debido a que el pueblo donde estaban originalmente se había quedado sin apenas habitantes y el nuestro resistía el paso del tiempo de algún modo.
El pueblo tenía algo más de ajetreo debido a estas instituciones y a que una parada de autobús ocupaba un pequeño lugar en la plaza del pueblo, lo cual aumentaba ligeramente el trasiego de personas de pueblos cercanos.
Los viajeros y turistas que atravesaban el pueblo habían aumentado porque ahora muchos franceses viajaban hacia el sur.

La escuela había vuelto a abrir debido a que los niños de pueblos cercanos y un par de nacimientos en el propio la proveían de alumnos suficientes. Entonces fue cuando el director me dijo que podía pasarme por el aula para así tener acceso a la minúscula biblioteca del centro y de paso, hacer bulto.
Finalmente esto llevó a que yo me encargaba de la biblioteca a cambio de unas míseras pecunias que recibía semanalmente. No era gran cosa, pero me servía para llevar alimento a casa mientras ella se dedicaba a labores del hogar fundamentalmente y a mantener una pequeña huerta que teníamos en el jardín trasero.

Recuerdo bien que entré a la escuela y nada había cambiado, seguían las mismas orlas, los mismos retratos, las mismas estanterías... ese olor a polvo y a libros viejos del que emanaba conocimiento y que me traía a la memoria las imágenes de bajar de la mano de mi chica y caminar hacia la salida que se asemejaba a salir del túnel mientras Sergio salía corriendo atemorizado porque un par de chavales le perseguían navaja en mano para divertirse.

Subí las escaleras hasta el aula y allí me encontré a aquella mujer con el cabello teñido de un rubio bastante cutre y su cara con rasgos claros de vejez. Esos ojos pequeños que se agrandaban ligeramente por las gafas anticuadas de las que hacía uso. Aquella sonrisa vacía y que rezumaba crueldad, ese olor a fragancia de mujer de clase baja que inundaba todo el ambiente y se impregnaba en su vieja silla acolchada. Aquella silla verde con un pequeño cojín negro que había sido testigo impasible de mis fechorías en otros tiempos y que ahora soportaba una carga nada despreciable.
A su lado, la otra maestra, una mujer más alta, canosa, con los ojos grandes y muy saltones. El contorno de éstos era ligeramente lila, lo cual atestiguaba que no dormía bien, no descansaba apenas por las noches por culpa de su hija. Su hija también estudiaba en la escuela y me recordaba a Sergio, tenía un retraso mental bastante pronunciado y todos se burlaban de ella, era víctima de una decisión absurda de su madre, quien en lugar de llevarla a un colegio para gente con necesidades especiales, cometió la necedad de pensar que su hija mejoraría en compañía de chavales sin problemas psíquicos.

Entonces comencé a colocar los libros que se situaban en la estantería del aula mientras anotaba qué títulos estaban disponibles y cuáles estaban deteriorados y necesitaban una restauración. Escuchaba cómo la mujer bajita faltaba constantemente al respeto a sus alumnos y desde una posición de poder se burlaba de aquellos con peores calificaciones mientras que permitía que los alumnos "aventajados" se tomaran pequeñas confianzas como no llevar un día la tarea terminada.
La rabia me consumía lentamente porque veía cómo estaba abusando de sus alumnos y pensé que si hubiéramos sido nosotros (ella y yo), que si hubiéramos tenido la terrible suerte de tener a una profesora así, no podríamos haber sido tan felices en nuestra infancia y juventud. Aquellos infantes no tenían culpa de nada.
Entonces entró la otra profesora y entre ambas comenzaron a humillar a un alumno porque tenía un comportamiento algo rebelde. Se reían de la suerte que correría en su futuro, de que era menos inteligente que el resto sin saber que de hecho, con los años se demostró que era más capaz que los demás y simplemente se aburría en aquellas grises y soporíferas clases.

Supuse que no debía intervenir porque mi trabajo dependía de encajar pero no pude evitarlo, algo más poderoso que yo mismo salió de mi interior y con una llamarada imprevisible arrasó a aquellas arpías.

"¿Por qué tratan de minar la moral del chico? ¿quiénes son ustedes? ¿no se dan cuenta que si generan un altercado están solas en el pueblo? Esto no es la ciudad, abusen de un niño del pueblo y no saldrán vivas de la escuela. Todos los padres tienen armas aquí, están tentando a la suerte y viéndolas está claro que no poseen mucha. Mire usted a su hija sin ir más lejos..."

Mientras decía esto último miraba a la mujer alta, la cual enfureció por momentos y trató de contener un grito profundo. Cuando la otra mujer se disponía a retarme con cara de indignación, la primera preguntó

"Hablando de Sandra, ¿dónde está Sandra? ¿alguien ha visto a mi hija?"

Cundió el desconcierto por unos momentos, nadie sabía dónde estaba y con su problema mental era peligroso que andara por ahí en un pueblo en el que pasaban viajeros frecuentemente. Las dos mujeres bajaron corriendo las escaleras y preguntaron al director que estaba siempre en la recepción del centro.

"No la he visto, pero me ha parecido escucharla hablar en el baño, debe estar con alguna amiga."

Abrieron la puerta del baño y ahí estaba, llorando mientras un chaval llamado Pau, al que las profesoras habían dejado salir unos minutos antes de la escuela por sus buenas calificaciones y comportamiento la sostenía por las caderas y la penetraba de forma brusca y contundente. La chiquilla tenía la cara empapada en lágrimas y la tez de su cara estaba roja. Tenía toda la ropa doblada de forma correcta encima de una pequeña estantería, estaba claro que el chaval no quería dejar rastro de su fechoría y cuando la puerta terminó de abrirse se vio una pequeña mancha de sangre en el suelo, un hilo rojo salía de los adentros de Sandra, cuya expresión era la más triste y desangelada que yo jamás hubiere visto.

Pau rápidamente sacó su pene de ella y de su vagina salieron unas gotas de semen. Entonces, mientras el grito de la madre hacía que nuestros tímpanos llegaran a su límite, el chaval se subió el pantalón y embistió ligeramente a la profesora más bajita para escapar corriendo de la escuela dirigiéndose a su casa.

Ambas profesoras fueron a las autoridades y nunca más volvimos a saber de ellas, la escuela permaneció cerrada un mes mientras las remplazaban.

jueves, 13 de septiembre de 2018

La base de la inspiración: la domesticación

Los años habían pasado, éramos ya jóvenes adultos que rozaban el fin definitivo de la adolescencia y el pueblo se quedaba pequeño.

Más que un pueblo era una aldea, apenas poseía habitantes como para mantener una escuela en pié y por ello mismo se estaba pensando en cerrarla. Ya no quedaban alumnos suficientes y el relevo generacional no se había producido. De modo que se decretó que vendrían los niños de pueblos cercanos durante unos años, si el alumnado seguía decreciendo finalmente cerrarían nuestro colegio de toda la vida.
Con este cierre se enterrarían secretos turbios e inimaginables, una auténtica carnicería en sus épocas más negras, una cárcel provisional en la guerra civil, un refugio para los deshielos de antaño por tener una altura más que aceptable con respecto al suelo.

Se acababa una etapa de mi vida y mientras que mis compañeros ya comenzaban a abandonar la educación sin titulación alguna en su mayoría, destinados a una vida en el sector primario por herencia, la minoría había conseguido un pequeño título académico para poder trabajar en alguna fábrica cercana y con los años, convertirse en responsables de una pequeña plantilla.

No me podía identificar con ninguno de los dos casos, quería estudiar ciencia, la gran quimera de la religión, la auténtica portadora de la sabiduría, del conocimiento y de la verdad. Esto era algo que no parecía demasiado lógico en aquella época, pues la ciencia en España estaba a años luz de ser considerada como algo serio. Los países europeos nos adelantaban sin demasiado esmero en cualquier campo: biología, química, física... supuse que había algo de rebeldía en aquella decisión.

Pero ella no quería que eso sucediera, por un lado prefería que me quedara en el pueblo para siempre, si hubiera podido atarme con unas cadenas no hubiera titubeado un instante, aunque por otra parte comprendía que parte de mi ser y de su encanto radicaba en la rebeldía y en el conocimiento. A veces lloraba sin motivo, me abrazaba y me pedía con voz temblorosa que no me marchara.

Lógicamente no tenía sentido estudiar ciencia en el pueblo, necesitaba formarme en un instituto y luego en la universidad. Esto significaba alejarme del pueblo durante al menos, seis años. Aún a pesar de esta contrariedad, estaba decidido a irme y estudiar lo que me apasionaba. 

Recuerdo que hacía ya algún tiempo que pasábamos más tiempo en su casa que en la mía porque sus padres se ausentaban durante largos periodos de tiempo y ella estaba sola. Entonces yo dormía junto a ella en su cama, prácticamente éramos una pareja casada a todos los efectos.
Un buen día ella estaba haciendo la comida y yo, que tenía el pelo largo en aquella época, fui a tomar un coletero de su cajón pero algo me llamó la atención: había un sobre que nunca había visto, no tenía sentido que estuviera ahí, así que lo abrí y leí la nota que escondía:

"GRACIAS. Gracias por estos años, por cada momento, gracias por haberme hecho feliz aunque pareciera imposible. Gracias por haber retrasado tanto tiempo mi suicidio. Gracias por haber sido una razón por la que vivir un día más. 

Espero que nunca me olvides, espero que nunca seas de otra persona, que sepas que te estaré esperando una eternidad hasta que por fin nos reunamos donde quiera que sea. Lo siento mucho, pero no soportaba la idea de que no fueras mío, lo siento por no haber sido suficiente."

Claramente era una carta de suicidio, bajé corriendo las escaleras y allí estaba...
Cortando verduras e hirviendo agua en una olla mediana de barro. La abracé con toda mi fuerza, notaba cómo crujía su cuerpo entero pero se tragaba el dolor, una vez más notaba esa amargura en sus entrañas, el placer a través del dolor, aquello que siempre fue nuestro.
La besé y le dije que lo había pensado mejor, que prefería morirme a estar sin ella, que no iría a ninguna parte solo.
Entonces comenzó a llorar y se dirigió hacia el cuarto de baño, abrió un frasco y derramó el líquido que contenía por el desagüe. Me confesó que había pensado en quitarse la vida con el insecticida que se utilizaba allí en el pueblo y que le había costado la vida a un anciano senil en el pueblo vecino. 

Aún con todo, lo cierto es que finalmente conseguí estudiar en un instituto en el que no era necesario acudir más allá de los días de los exámenes. No se solicitaba la presencia de los alumnos excepto cuando nos teníamos que presentar a una evaluación de conocimientos. Siempre pensé para mis adentros en que hubiera sido capaz de renunciar a mi vida y a mi futuro por un sólo minuto más con ella.

¿Amor hacia ella? por amor no se hacen estas cosas. Había algo más.

Si vas a pactar con el demonio lee esto antes

Cada día llegan decenas (a veces cientos) de correos electrónicos y comentarios de personas que desean vender su alma a cambio de diversas banalidades. Lógicamente no todo el mundo entiende bien lo que está haciendo.

Si bien ya hay dos entradas en las que se explica paso a paso cómo realizar un pacto con el diablo:


Y también otra en la que se exponen los principales rezos satánicos y satanistas:

http://carvingsatan.blogspot.com/2016/02/oraciones-rezos-y-canticos-satanicos.html

Las dudas nunca cesan y en esta entrada contestaré a la mayoría de las que se proponen para que con una simple búsqueda en internet sea suficiente y la gente obtenga de forma ágil y rápida toda la información.

1º ¿Qué se puede pedir?

-Si no sabes bien lo que quieres mejor no pidas nada. Esto no es un restaurante en el que puedes leer la carta y ver qué es lo que más te interesa. Si realmente venderías tu alma por cualquier cosa interesante confía en mí: hace tiempo que la perdiste. No tienes nada que vender.

2º ¿Se pueden pedir superpoderes?

-Entiendo que aunque el blog esté destinado a personas adultas a veces hay gente que finge ser más mayor de lo que realmente es. Aunque me resulta imposible distinguir debido a que cualquiera puede mentir por internet generalmente te das cuenta de que cuando alguien pide superpoderes no debe tener demasiados veranos.

Lógicamente esto es algo impensable, las leyes de la física son algo muy serio ¿invertir un cono de luz? ¿escapar de la gravedad? ¿convertirse en un taquión?  seamos serios, esto es imposible. Si alguien pidiera poder modificar el tiempo ¿viviríamos todos en un bucle infinito?

3º ¿Dinero? ¿Fama? ¿Ser una belleza?

-Hay persona que realmente necesitan dinero, que están en una situación de precariedad y el diablo ayuda a que salgan del pozo. Pero querer convertirse en multimillonario de forma rápida y sin el menor esfuerzo nunca funcionará.

4º Si todo acaba requiriendo esfuerzo y lo mejor no se puede pedir... ¿Sirve de algo realmente?

-Realizar un pacto es algo que se hace para pedir ayuda, para conseguir un objetivo que se busca con ahínco. Hace poco un chaval realizó el pacto porque quería llegar a ser un gran futbolista y a base de esfuerzo y trabajo, de pronto, un ojeador se presentó en su club de barrio y le acabó fichando para la cantera de un gran equipo.
¿Puso Satán al ojeador? probablemente sí, le brindó la oportunidad, pero fue él quien con esfuerzo y trabajo la supo aprovechar.
Si hubiera pedido hacerse millonario sentado en el sofá de su casa, entonces Satanás tan sólo se hubiera reído de él, en el caso de que existiera realmente claro.

jueves, 30 de agosto de 2018

No se debe temer al fuego...

Sergio había sido asesinado brutalmente. Cuando lo lanzaron al agua aún estaba vivo, aunque su cerebro estaba muriendo lentamente pudo haber sobrevivido.

Tal y como supimos más tarde cuando intervino la policía, al parecer el agua fría le causó un shock y no llegó a perder la consciencia pero sí su capacidad motriz. De modo que fue ahogándose durante dos horas con un frío extremo, viendo pasar el pueblo mientras la corriente le arrastraba río abajo. Siendo golpeado una y otra vez, padeciendo un sufrimiento inimaginable mientras la vida se escapaba de él, la agonía más brutal de todas le fue causada sin justificación.

Estaba con ella en el aula, comiendo unas pastillas de chocolate que hacían sus abuelos maternos. No había descanso en aquella época, de modo que simplemente se hacía una pequeña parada para que los alumnos y el profesor pudieran comer algo a media mañana. La profesora estaba muy seria aquel día, después de lo de Sergio había pasado tan sólo un día en lo que sus padres llamaron a las autoridades. Ciertamente durante veinticuatro horas ni sus propios padres lo echaron en falta. La tristeza que aquello me provocaba era indescriptible, mi alma se compungía tan sólo de pensar en la soledad que debía sentir aquel chaval y lo cruel que había sido su existencia. 
Después de que los padres llamaran a las autoridades y estas investigaran, se informó a la escuela que vendría un agente de la ley a hablar con todos nosotros. 

Nadie sabía nada realmente, simplemente sabíamos que había sido lanzado al río sin compasión y que probablemente habría muerto. 

En aquel instante entró un hombre con un bigote muy poblado y llamativo, de color castaño y perfectamente peinado. Era muy alto y se notaba que tras el uniforme escondía una musculatura muy prominente. Junto a él entró un hombre mucho mayor, calvo, barrigón. El afeitado apurado dejaba ver con claridad una papada que se descolgaba de forma agresiva.
El hombre alto comenzó presentándose:

"Buenos días chicos, mi nombre es Roger y soy agente. Como bien sabréis, vuestro compañero Sergio ha fallecido ahogado después de que se le propinara una paliza sin precedentes. La golpiza fue tal que fue incapaz de nadar o gritar. El forense nos ha dicho que se desgarró la garganta intentado gritar desesperadamente pero ningún sonido salió de ella porque un golpe previo se la había destrozado. La atrocidad es tal que incluso un agente ha rehusado venir porque cree que alguien de aquí tiene algo que ver. Uno de vosotros debe saber algo y el agente ha comunicado que de estar frente a vosotros sería capaz de... bueno, lo que he venido a deciros es que se ha producido un asesinato, se ha matado a un niño y eso está perseguido como comprenderéis. 

No vamos a interrogaros uno por uno principalmente porque sois menores de edad y porque confiamos en que vosotros mismos nos lo contéis todo. Si no descubrimos quién lo hizo, entonces, tendremos que ponernos más serios y no os gustará. Interrogaremos individualmente durante horas a cada uno, porque lo que ha pasado es grave, muy grave. 

No importa quién sea vuestro amigo, hermano o primo. La persona o personas que han hecho esto son asesinos, han aplicado una brutalidad tremebunda y nadie se merece eso. Esto no fue un accidente, la paliza lo dejó moribundo y luego fue arrojado al río. Se pretendía acabar con su vida y se ha conseguido. 

Vamos a ir casa por casa y hablaremos solos o con vuestros padres, es elección vuestra. No diremos quién ha contado qué, no se sabrá nunca nada, pero el culpable lo pagará. Tenedlo claro, no nos iremos hasta que esté todo aclarado"

Yo no quería contar nada porque sabía que iba a acabar con la vida de los culpables. Aunque por otro lado... ¿quién era el culpable? prácticamente todos le habían golpeado. Todos participaron activamente excepto tres personas: ella, una chica del aula y yo. La tesitura no era favorable precisamente, era imposible inculpar a todos los demás sin parecer un mentiroso o un conspiranóico.
Cuando el agente vino a mi casa ella estaba conmigo. Entró el chaval joven y el otro se quedó en la puerta vigilando. Nadie podría pegar la oreja, ese era su objetivo.

Ella tomó la palabra y le dijo: "nosotros somos novios, somos pareja y muchas veces faltamos a la escuela. Ese día fue uno de ellos, decidimos no ir para poder ir a besarnos detrás del pueblo, de hecho podemos enseñarle las inscripciones que hemos hecho en el banco de madera.

Sólo sabemos que efectivamente fue hace un par de días, porque lógicamente no le hemos vuelto a ver. Sergio se ponía en las escaleras de la escuela todo el día mientras jugaba con sus canicas. Pero qué podemos saber nosotros, ya le digo que no tenemos demasiada relación con los otros niños desde que somos novios."

Yo asentí con la cabeza y le dije que no podía ayudarle, que lo sentía mucho. Se me escaparon unas lágrimas, no fue llanto realmente, solo dos lágrimas que me humedecieron la cara.  Entonces el agente se fue a la casa del al lado a preguntar.

Ella me dijo que subiéramos a mi cuarto y me dijo con severidad: "No quiero que vuelvas a llorar por nadie que no sea yo. Espero que no vuelva a suceder realmente. Sólo yo merezco esas lágrimas, el imbécil no se merece nada. Ni tan siquiera la muerte que le ha sido otorgada es suficiente como para purificar un alma errante como la suya. 
Sólo era basura, un despojo que nadie quería. Ni sus padres lo estimaban lo más mínimo, me molesta mucho que te afecte esto porque, ¿a caso quieres a más personas que a mí? estoy muy triste."

Yo estaba algo enfadado, pero de algún modo la tenía en mi mente, estaba celosa porque quería que sólo la amara a ella y aunque fuera algo completamente absurdo, de algún modo no podía negarme, no sabía cómo sacar ese pensamiento de su cabeza. Por otro lado, yo estaba enamorado, ¿para qué iba a cambiar su forma de ser? ¿Por qué no decirle lo que quería oír?

"Simplemente me da miedo que nos pase algo a nosotros, no quiero que nos afecte. No es por Sergio, es porque quizá piensen que tenemos algo que ver o quizá alguien piense que hemos contado a la policía quién fue."

Ella entonces sonrió y me dijo: "No te preocupes, nosotros no tuvimos absolutamente nada que ver, ¿qué podíamos hacer? ¿enfrentarnos a toda la escuela nosotros dos? hubiéramos acabado peor que el imbécil. Tampoco hemos contado nada y aunque así fuera, si trataran de tomar represalias simplemente nos iríamos del pueblo, no sin antes prenderle fuego y calcinar a todos los habitantes del mismo. No dejaré que nadie te haga daño, si por lo que sea alguien lo intenta: morirá y su sufrimiento será algo incomparable, dejará lo del imbécil en una pequeña broma."

Aunque tuviera una sensación de protección, en el fondo me asustaba el hecho de saber que hablaba enserio. No tenía sentimiento alguno más allá de un amor demente y enfermizo por mí. Si alguien hacía ademán de enfrentarse a mí yo sabía que ella de algún modo u otro lo aniquilaría. Eso me ponía más nervioso de lo que ya estaba pero supe contenerme.

Al parecer, alguien del pueblo le contó todo a la policía y los agentes se retiraron del pueblo. Todo indicaba que iban a tramitar la estúpida burocracia y finalmente a detener a los culpables. Claramente no podían hacerlo de buenas a primeras porque era un menor de edad, o más bien varios.

Durante esta noche estaba manteniendo relaciones sexuales con ella cuando escuchamos una explosión. Algo no iba bien pero sabía que detenerme y preocuparme por algo que no fuera ella durante una relación la haría reaccionar psicóticamente. De hecho después de la explosión miraba con atención mi cara a ver si me comportaba como ella quería: obviando al mundo y centrándome sólo en su persona. Cuando terminamos ella fue a asearse al baño y yo me asomé por la ventana. Corrí la cortina y me fijé en que uno de los chicos de mi escuela yacía en el suelo con un agujero en la barriga. Se estaba desangrando, la sangre salía a borbotones y sus padres estaban próximos a él tratando de socorrerle.
El padre de Sergio había enloquecido. Después de violar a su propia mujer y cortarle el cuello había cogido su escopeta y se había dirigido a la casa de un chaval a quien creía culpable del horrible crimen de su hijo y le había disparado en el estómago. En aquellos instantes aquel hombre fuera de sí estaba dando una paliza a la hermana del difunto Sergio. Sólo tenía tres años de edad, fue hallada muerta esa misma noche, junto al cadáver de su padre, quien, después de llevarse tres vidas consigo, se había rajado el cuello allí mismo, junto al cuerpo sin vida de su hija y al de su mujer.

La policía tardó más de una hora en aparecer, algo lógico debido a que estábamos en plena noche y que la distancia era enorme entre la comisaría y nuestro pueblo. La gente comentaba lo que había ocurrido en la calle y ella y yo escuchábamos atentamente. Cuando el gentío se retiraba a sus hogares noté que me abrazaban por detrás, mi espalda desnuda empezó a enfriarse y noté el tacto de sus pechos justo antes de que me rodeara con sus brazos y me susurrara al oído: "¿Lo ves? todo se ha solucionado. El mayor culpable ha muerto, el padre ha matado a toda la familia incluyendo a él mismo. Nadie tomará represalias y la policía pensará que el asesino del imbécil es quien ha muerto. Todo ha salido a pedir de boca."

Entonces su mano derecha comenzó a surcar mi pelo, me acariciaba con sus manos frías y notaba una pequeña risa muda, realmente ella creía lo que decía. Recuerdo tanto aquel olor del bosque empujado suavemente por una leve brisa que se colaba por la ventana. Apenas estaba abierta, tan sólo unos centímetros, pero aún así aquella brisa ni fría ni cálida me embelesaba con el aroma tan propio y mágico del bosque en plena noche. También había un olor muy peculiar, la sangre deprendía un hedor metálico muy pronunciado pero no me desagradaba en aquel momento, estaba petrificado.

...pero sí a las cenizas

miércoles, 29 de agosto de 2018

El estigma del paradigma sexual

Lo cierto es que para la mayoría de adolescentes, en aquella época al menos, el sexo era algo sobre lo que se hablaba mucho pero se sabía poco y se practicaba todavía menos.

Recuerdo bien aquel día: uno de mis mejores amigos me dijo en mitad de una clase que él había eyaculado por primera vez la noche anterior. Se había masturbado en el baño y al contrario que las veces pasadas, esta vez había producido semen.
Me preguntaba siempre sobre temas sexuales por el hecho de que yo tenía novia. Lo cierto es que yo apenas sabía nada. En aquella sociedad católica se prohibía hablar del tema, era el más crudo de los tabúes. Los padres no hablaban del tema y castigaban con severidad cualquier mención directa o indirecta a él. Los maestros seguían la misma hoja de ruta, es por ello que generalmente había tantos embarazos y matrimonios prematuros en aquellos tiempos.

Lo cierto es que ella sí sabía bastante, había estado leyendo un par de libros y de hecho, sus padres tan liberales y despreocupados, probablemente en alguna borrachera le habían explicado con detalle lo que era el acto sexual. Mucho me temo que llegó a presenciarlo en más de una ocasión siendo una niña pequeña.

Una tarde, después de salir de la escuela fuimos a su casa a comer juntos. Recuerdo muy bien aquel aroma a encurtido en la cocina, las patatas cortadas en finas rodajas casi a la perfección, el queso gratinada y la nata que unía aquella bella creación culinaria. Casi puedo sentir la textura de las setas frescas en mi boca si cierro los ojos y me concentro. Estaba sentado en la silla, ella siempre se ponía a mi lado en lugar de sentarse enfrente como sería menester.

Hoy la escuela ha sido un auténtico caos, se han puesto bastante pesados con el tema de la excursión... Verdaderamente no alcanzo a comprender porqué les excita tanto la mera idea de salir todos juntos custodiados por los maestros, no entiendo qué le ven de divertido salir de la escuela para ir al pueblo de al lado a recoger flores. Se puede hacer lo mismo cualquier día, de hecho: ¡podríamos ir nosotros dos a hacerlo ahora! ¿no?

Siempre me causaba cierta gracia el hecho de que prácticamente nada le hiciera ilusión, su falta total de empatía, sus escasos y malévolos sentimientos o su sonrisa venenosa. Sólo la veía feliz en momentos muy singulares, generalmente justo después de un beso o cuando paseábamos solos por el bosque.

Después de comer nos pusimos a estudiar un rato, para solventar un pequeño contratiempo: sin darnos cuenta llevábamos faltando a la escuela casi a diario desde el comienzo del curso. Aunque siempre conseguíamos superar los exámenes sin esfuerzo alguno y los trabajos los hacíamos el día de antes de la fecha límite, lo cierto es que debíamos ponernos al día.
Tras un par de horas trabajando a destajo logramos superar con mucho el conocimiento medio de nuestros compañeros, estábamos listos para lo que hiciera falta. Acto seguido comenzó a besarme de una forma más agresiva y dominante de lo habitual. Le seguí el juego hasta que comenzó a desnudarse, entonces me preguntaba a mí mismo si realmente estaba ocurriendo: ¿íbamos a perder la virginidad de esta forma? su mirada era la de un cazador, su expresión era lujuriosa pero a la vez mostraba cierta sangre fría impropia de la situación.
Los pensamientos me asaltaban, se había corrido el rumor por el pueblo de que para tener una relación sexual satisfactoria había que aguantar la eyaculación tanto como se pudiera, para lo cual se daban consejos de lo más variopintos: desde pensar en algo poco excitante hasta mascar granos de café. Claro que, ¿qué sentido tenía eso? ¿de verdad iba a bajar a la cocina a por café y mascarlo mientras tenía relaciones sexuales? ¿si me daba un beso mientras mascaba café qué debía hacer?

Cuando quise darme cuenta mi virginidad se había evaporado. No diría que fue la mejor relación sexual de mi vida, pero sí probablemente la más impactante, supongo que como en el caso de cualquiera.

Era una maniática, algo demente la mayor parte del tiempo pero aún así probablemente era fértil. Eso pensaba en aquel momento. Sabía que eyacular dentro de una mujer significaba tener descendencia, pero también que a muchas parejas les costaba que la mujer se quedara embarazada. No le veía sentido pero empecé a darle vueltas al asunto y ella me dijo con la mirada clava en mí, pelo alborotado y completamente desnuda: Tranquilo, no voy a quedarme embarazada
Estaba sentada encima de mí, cara con cara, yo tenía los pies en el suelo y ella tenía las piernas en la cama que estaba a mi espalda. Me dio un beso, me abrazó y entonces recuerdo que nos aseamos en el baño y supe que estar con ella significaba madurar a un ritmo distinto, estaba quemando etapas demasiado rápido.

Al siguiente día, mi gran amigo y yo habíamos acabado el examen y esperábamos fuera del aula, en un vestíbulo con paredes de piedra desnudas, unos bancos con cojines realmente viejos y una pequeña mesa en medio.

¿Sabes? ayer me estuve masturbando durante casi una hora sin eyacular. Tengo un control total sobre mi pene. De hecho, me masturbo con la sábana de modo que es como tener sexo con una mujer.

Cómo le iba a decir yo que el sexo no era simplemente un estímulo continuo en ambos aparatos sexuales, sino que el sexo era una auténtica batalla, que intervenían mil tipos de variables que no se podía decodificar, que en el sexo de verdad lo físico apenas cuenta. Cómo explicarle que la fusión de dos cuerpos va mucho más allá de la penetración, que el sexo como tal realmente es el despertar de un monstruo interior que siempre reclama más y más y si no lo obtiene, toma el control de tu mente y te convierte en una auténtica bestia. Simplemente asentí con la cabeza y fingí sorpresa al tiempo que él me miraba con cierta superioridad.

martes, 28 de agosto de 2018

El fluir del agua

Estábamos sentados en uno de los banquitos de madera pintada de blanco en lo más profundo del bosque, allí donde íbamos a desconectar de todo. Era muy temprano, estaba comenzando a amanecer y escuchábamos en silencio el agua de un pequeño riachuelo que corría eterno.

Sabíamos bien que en unas horas teníamos que tomar la decisión de presentarnos en el aula o bien ausentarnos de la misma. La primera opción era la correcta, la más indulgente. Claro que en nuestras mentes precoces la idea era contradictoria en sí misma.
Quizá si no nos personábamos allí no ocurriría nada o quizá mis padres serían notificados y sufriríamos una contrariedad. Así pues, y a sabiendas de las consecuencias que afrontaríamos, decidimos un día más ausentarnos a la escuela y hablar sobre nuestro futuro y cosas banales entre beso y beso.

¿Has pensado que realmente hay un sinsentido en la escuela? tenemos que compartir aula con un retrasado mental, un paria, un futuro desarraigado.

Claramente se refería a un chaval del pueblo: Sergio. Por algún fallo de la naturaleza (o tal vez un acierto) tenía problemas mentales: le costaba demasiado comprender las cosas, era muy despistado y olvidadizo. Parecía cegado ante cualquier conocimiento, a penas sabía realizar sumas y restas simples, en aquella época a la gente así se les llamaba subnormales. Hoy día suena despectivo, es un agravio bastante extendido en países de habla hispana, pero en aquella época simplemente hacia referencia a personas con enfermedades mentales varias.

¿Con qué intención lo llevan a la escuela? nunca aprenderá nada, no será ni es como nosotros. Simplemente es un lastre, paraliza lecciones del maestro porque este tiene que detenerse para que el imbécil no se pierda. Pero siempre se queda atrás, no sirve de nada aleccionarlo. 
Sufre burlas y probablemente siempre será una carga para su familia ¿no deberían sacrificarlo? si fuera pasto de las llamas: ¿en qué empeoraría su entorno? 
La realidad es que la evolución funciona mediante mutaciones, se supone, o eso no has dicho en la escuela, que la naturaleza modifica al azar ciertos individuos y si se perpetúan y reproducen, sus mutaciones o características siguen ocurriendo en más lugares. Si la sociedad no elimina los fallos, si mantenemos con vida a subnormales como el imbécil ¿no estamos yendo contra natura? ¿no estamos generando más subnormales? aunque no se reproduzca directamente, muy probablemente ese cambio ocurrirá en más individuos. 
Aún con todo, ¿quién puede garantizar que no se reproducirá? me da miedo la verdad, en estas edades de despertar sexual quizá se masturbe y se alivie, pero sus deseos libidinosos pueden mezclarse con su falta de inteligencia y podría tratar de violar a alguna chica. Deberíamos exterminar a los que son como él. ¿no crees?

Lógicamente en mi ser no cabía una idea de ese calado. Yo no pensaba que hubiera que matar a alguien por tener una enfermedad mental. Quizá sí habría que deshacerse de violadores, pederastas, asesinos o terroristas... ¿pero de un pobre infante que no era consciente de absolutamente nada?
El problema es que en el fondo, daba la impresión de que su razonamiento era lógico, de que si dejábamos de lado cualquier humanidad tenía sentido. No iba a ser un miembro productivo del pueblo, no podía valerse por sí mismo. Si sus padres fallecían ¿quién se encargaría de él? ¿sería una carga para alguien?
Siempre fue el gran temor que me suscitaba aquella mirada, podía meter no sólo sus sentimientos, sino sus pensamientos en mí. Me hacía sentir malo pero a la vez me gustaba, era una droga, un veneno amargo, pero su recuerdo era tan dulce...

Los muchachos del pueblo (y las muchachas) siempre se burlaban y vejaban a Sergio, hasta el punto de que le obligaban a masturbarse valiéndose del tubo de escape del coche de un vecino del pueblo, le habían hecho comer las deposiciones de un chico de clase, había bebido orín en más de una ocasión. Le rompían la ropa, le prendieron fuego el pelo, le robaban el material fungible... su vida era un calvario.

Ella y yo nunca éramos partícipes básicamente porque en cierto modo nos aislábamos de todos los demás cuando estábamos juntos. Siendo niños yo jugaba con los otros infantes del pueblo, costumbre que mantenía en aquel entonces, si bien cada vez más estaba con ella y menos con ellos. En las ocasiones que estábamos todos, en esas ocasiones la verdad que se creaban grupúsculos, de modo que ella, quizás con intención o quizás no, me fue alejando de la sociedad. Seguía siendo popular en el pueblo, pero cada vez me importaba menos. Además, ella me había prohibido en multitud de ocasiones inmiscuirme en ese tipo de actividades por si había consecuencias que a mí nunca me salpicara, que fueran los otros jóvenes del pueblo los que resultaran dañados.

Recuerdo que después de la conversación anterior, a los pocos días, nos encaminamos hacia la escuela y vimos cómo los muchachos del pueblo espoleados por el júbilo de las féminas de ambas aulas (sólo había dos aulas en la escuela del pueblo) propinaban una paliza sin piedad a Sergio, quien yacía en el suelo tratando de cubrirse la cara con los brazos magullados y ensangrentados. Patadas en la cara, tierra en los ojos, puñetazos en la entrepierna, pedradas en su espalda. Todo valía.
Ella me agarró del brazo y puso su cabeza en mi pecho, yo contemplaba atónito, palidecí por algunos instantes. No daba crédito: iban a darle muerte si no paraban.

Uno de los chicos, le dio una patada en el cuello y Sergio pareció desmallarse, cesó su risa nerviosa y esos ojos tan vivaces, negros como la noche y grandes como la estupidez de sus verdugos, esos ojos brillantes se apagaron. Parecía que temblaba, probablemente del frío que le causaba tener nieve tocando su piel desnuda. Entonces dos chicos lo cogieron, uno le sujetaba los pies y otro las manos y se lo llevaron al bosque, donde no hacía demasiados días lo habían sodomizado y le habían clavado agujas por todo el cuerpo. Toda la marabunta les siguió y yo hice ademán de irme pero ella me dijo que los siguiéramos, que quería ver qué ocurría.
Atravesaron en pocos minutos el bosque hasta llegar al río en el que desembocaba el riachuelo antes mencionado, entonces comenzaron a balancear a Sergio y lo lanzaron al río.
Era pleno invierno, aún había nieve por todas partes, el río estaba casi congelado, tenía una gran corriente y la profundidad era considerable. Entonces el cuerpo de Sergio cayó bocabajo, fue arrastrado por la corriente mientras una explosión de júbilo se sintió alrededor. todos los jóvenes del pueblo aplaudían y vitoreaban menos una chica que ponía cara de horror. Probablemente era la que yo hubiera puesto, pero no pude. Estaba paralizado, congelado en el tiempo, tuve que haber reaccionado, yo era alto y fuerte y debería haber defendido a Sergio, pero era sólo un niño y estaba asustado. No ya de recibir una paliza de mis amigos o compañeros, porque sabía que no iban a golpearme, sino de descubrir que vivía en un mundo de asesinos psicópatas, de auténticos homicidas.

Nadie fue a ver si Sergio seguía vivo, nadie se interesó por él, si fuera familiar suyo o directamente él ¿cómo me sentiría?
El corro entonces se dirigía hacia la escuela y ella que seguía con su cabeza en mi pecho y su brazo izquierdo rodeándome me dijo simplemente: ¿vamos?
Al mirarla a los ojos vi indiferencia, en cierto modo le daba igual lo que acababa de pasar, en sus entrañas probablemente se alegraba, me dejó petrificado, helado.






sábado, 25 de agosto de 2018

Tras unos años

Estoy hecha de porcelana, sabes que tienes que tratarme con extrema dulzura para que no me rompa (suicide). 

¿Tus padres se han enfadado contigo por faltar a la escuela? Vaya... lo siento mucho, no te enfades conmigo por favor. En mi casa nunca me dirían nada, supongo que es la parte buena de ser invisible y no importarle a nadie, lo increíble es que sinceramente siempre me he sentido bien de esta forma. Entiéndeme, si el amor de tus padres sirve para que te martiricen, te prohíban y se crean con derecho a decidir sobre tu libertad como si fueras un animal doméstico, si eso representa el amor de tus malditos padres, entonces me alegro de no tenerlo. 

Se me ha ocurrido una cosa, desde luego no es lo más saludable, pero creo que podríamos intentar algo. 

En aquellos tiempos, en la escuela del pueblo tan sólo había dos profesores. Una mujer que vivía en un pueblo a media distancia y que era la directora también. Era una mujer entrada en carnes, de mediana edad y con un aspecto bastante amargo. Daba la impresión de que estaba harta de ser juzgada por los demás, todos pensaban que era muy inteligente pero fracasada porque no tenía pareja sentimental. Era muy cariñosa con nosotros aunque tenía una fijación inexplicable con mandarnos trabajo para casa. Yo nunca lo hacía, sabía hacerle creer lo contrario.
El profesor que teníamos era un hombre bastante mayor, el colegio de su pueblo cerró y acabó trabajando en el nuestro, que estaba a un par de horas en coche.

Estoy enfadada porque te hayan tratado de reprimir en tu casa, sé que has salido airoso, pero no dejaré que nadie te haga daño. 
Doña Clara es basura, y don Basilio otra brecha hacia la inmundicia.  Hagámosles sufrir de verdad.


No me gustaba la pinta que iba cogiendo el asunto pero aún así asentí. Estando con ella de algún modo perdía parte de mi propio ser, es como si tuviera algún poder sobre mí, algo inexplicable e inexorable.

Recuerdo que entonces nos encaminamos hacia el coche de don Basilio, él llevaba siempre a la directora a su casa antes de ir a la suya propia. Entonces ella sacó una pequeña navaja que siempre llevaba con ella. A veces se pinchaba ligeramente con ella en los brazos, le gustaba ver su sangre manchando su piel. También me lo hacía a mí, le encantaba mi sangre, le gustaba que cayera sobre ella o incluso a veces beberla cual vampiro. Jamás hubiera permitido a alguien hacer eso, pero como he mencionado, de algún modo, conseguía hipnotizarme y normalizar cosas que me dejaría estupefacto en situaciones cotidianas y mundanas.
Me dijo que ella no tenía fuerza, que lo hiciera yo.
Pinché las cuatro ruedas a ese coche tan antiguo, lo hacía levemente, para que se fueran deshinchando poco a poco, que no notaran la avería hasta que estuvieran en marcha.

Ella se reía y me decía: ¿Te imaginas que exterminamos a esta escoria? sólo piénsalo por un momento, que se salen de la carretera y mueren, que no los vemos más. No debes sentirte mal por dañar a otros que no seamos tú o yo, a fin de cuentas, si mueren o no, nos debe importar bien poco, ¿qué tienen sus vidas de importante para las nuestras? el mundo entero está corrupto, sólo existe depravación y animales disfrazados de razón.

Ciertamente, los dos profesores se fueron al coche directos, se subieron y partieron. Les esperaban más de tres horas de viaje por carreteras de montaña peligrosas, con cambios de rasante, curvas imposibles, viento, frío y probablemente lluvia o nieve.

Al día siguiente, la escuela estaba cerrada. Todos esperábamos en la puerta. Recuerdo su pelo mojado, brillante, con ese olor a moras del jabón que hacía su madre. Puedo ver en mi mente aquel peinado perfecto, su ropa gris impecable, su mirada al infinito, su fragilidad aparente pero también su aura de maldad. Llegué caminando hacia ella y me apartó del grupo, me dio un beso en la boca detrás de la escuela. Todos sabían que había algo entre nosotros, pero preferíamos no darles pruebas, en el fondo nos gustaba rasgar las conciencias de aquellos pueblerinos ignorantes.
Entonces comenzó a reírse y me abrazó, me dijo: "deben estar muertos ya".

Volvimos acto seguido a la puerta de la escuela y los padres comenzaron a arremolinarse, llegó incluso mi madre, sólo faltaban los padres de ella. En ese momento los padres llamaron al teléfono de la directora, a su domicilio. Nadie contestaba, ninguna información llegaba al pueblo y entonces todos los niños se pusieron en la plaza a jugar mientras que ella y yo nos fuimos de nuevo a nuestro refugio, allí en el bosque. Aquel día me sentí contrariado, estando solo sentía cierta pesadumbre, cierto remordimiento por aquellos profesores, ¿qué les habría pasado? ¿estarían muertos de verdad?

No con ella, a su lado sentía ese sabor amargo pero glorioso, estaba descubriendo la maldad, el mal de verdad.

viernes, 17 de agosto de 2018

De camino a la escuela

¿De qué nos sirve ir allí? tan sólo es una pérdida de tiempo pues no se puede instruir a quien es tan inteligente como para comprender que aprender las cosas por uno mismo es la única manera, para dilucidar la idea de que no hay mayor inspiración que la curiosidad por la naturaleza de la que somos parte.

Tampoco se puede instruir a quien es tan poco inteligente como para no entender lo anterior. Realmente tan sólo vamos a un lugar cerrado en el que obligan a aquellos con habilidades sociales a abusar de aquellos que no las poseen hasta que acaben por tenerlas o sean rechazados del sistema. Eso es la escuela, un pequeño empujón al vacío para ver quién vuela y quién nació ya muerto. Nos encaminamos hacia un ritual en el que una persona sin ningún conocimiento real, sin ninguna especialización, nos hablará de las bases del conocimiento según sus gustos personales y experiencias y trasladará los traumas y las vejaciones que sufrió a aquellos que vea más débiles en el aulario. 


Mientras, los que realmente estamos por encima de ese odioso lumpen que recurrirá a las drogas para salvarse de sus pesadillas y poder apagar esos pequeños y disfuncionales cerebros definitivamente, mientras, seguiremos riéndonos de su desgracia un día más y trataremos con sutileza de empujarles hacia la auto-destrucción para tener algo de lo que hablar en el futuro. Carnaza que arde y se calcina en un vil y repudiable espectáculo público, una función deprimente y decadente que forma parte del hastío diario de las gentes del pueblo. 

¿Para qué vamos a ir hoy allí? piensa en la inutilidad y en el absurdo que supone. Vayamos al bosque, refugiémonos en lo más profundo de estas tierras y pasemos un día juntos, un día en el que el amor y el misticismo sean el cielo y la tierra, donde un arcoiris negro asuste a los temerosos y nos de un día más de vida. Los sueños y las penurias, contigo todo se hará real.
En un poblado en el que siempre llueve ¿de qué nos servirá llorar? en un lugar donde la gente es ignorante y mete las narices en las vidas de los demás ¿por qué entretenerlos a ellos en lugar de vivir nuestras propias vidas? ¿cambiará algo el día de nuestra muerte? ¿se congelará el tiempo? ¿dejará de rotar la Tierra? si ni tan siquiera encontramos una justificación a la propia existencia: ¿qué justifica ir hoy a la escuela?

Lo cierto es que aquellas palabras me hicieron reír. Había algo de infantilismo en todo aquello, notaba lo pueril del asunto, pero claro, teníamos nueve años tan solo. Aunque en muchas cosas ya éramos adultos y probablemente no tuviéramos nada que ver con lo que un niño de nueve años era en aquella época o en la actual, ella aún guardaba algo de inocencia.
Yo pensaba para mis adentros que se equivocaba en el hecho de que un profesor sin niños es como un pastor sin rebaño, si nosotros decidíamos no ir, quizá, no ocurriría nada, pero en un aula con apenas diez infantes era difícil de prever las consecuencias.
Al contrario que ella que siempre quería pasar desapercibida y no tener contacto alguno con nadie más que conmigo, a mí sí me gustaba tener repercusión en otras vidas y ciertamente me causaba gracia el no ir a la escuela y fastidiar a todos los demás. Cuando faltaban alumnos inteligentes, entonces los profesores evitaban impartir clases demasiado sustanciales. Esa agonía y ese aburrimiento infinitos en los demás críos para mí era un motivo de felicidad.

Siempre me ha gustado experimentar con las personas, ver cómo reaccionan, sólo conoces bien a alguien cuando se quita la máscara, y la máscara se quita sólo en cierto tipo de situaciones.

Le dije que no fuéramos, que podíamos ir al bosque y pasar el día juntos. Aún recuerdo la cara de mis padres cuando llegué a casa, estaban visiblemente enfadados porque el profesor les había preguntado que qué tal estaba yo (creyendo que estaba enfermo, la excusa que siempre utilizaba) y claro, mis padres al saber que me había ausentado de la escuela tenían que reprimirme. Lo primero que se le enseña a un niño es que la libertad es mala, así funciona el sistema. Si mis padres hubieran dicho que yo era libre y que no me iban a obligar a asistir, en aquella época, en aquel pueblo, nada hubiera ocurrido, pero hoy día me hubieran dado en adopción a otra familia. el sistema no permite el mínimo ápice de rebeldía que es la lucha activa por la libertad.

Entonces, mi padre me habló de los terribles sufrimientos del trabajo no cualificado, mi madre amenazó con mandarme a trabajar con algún familiar. Yo simplemente asentí y dije que iba a jugar al parque. Repentinamente, vinieron mis amigos a buscarme para jugar por el pueblo y uno de ellos nada más mi padre abrió la puerta me preguntó por qué ella y yo no habíamos ido a la escuela. Mi padre cambio el estado iracundo por uno de sorpresa, seguramente pensaba en castigarme privándome de salir con mis amigos, pero en su mente bucólica y desfasada comprendió ligeramente lo que ocurría. Me dejó salir hasta tarde, supuso que cuando mis amigos se recogían en casa sobre las ocho de la noche yo me quedaba hasta bastante más tarde con mi chica.
Nunca jamás me volvió a gritar, vio en aquel comportamiento y gesto de madurez algo que le asustaba, se alejó de mí en muchas facetas, realmente temió que la evolución hubiera hecho de las suyas demasiado repentinamente.

lunes, 23 de julio de 2018

Ciego

Me dice que estoy ciego mientras toma mi mano y se recuesta en mi regazo. Impotentes frente al paso del tiempo, hoy sé que no quiero morir.

Noto su frío interno, estamos en nuestro feudo y aún así no se siente en casa, siempre ha sabido ver más allá. Con una mirada puede acomplejar a cualquiera, si la magia realmente existe, ella fue imbuida hace ya mucho tiempo. ¿Quién estaba ahí? sólo nosotros dos. 

MK

En el sótano más cercano al núcleo del planeta yace la esperanza del ser humano, quien nada en su propia miseria y escudriña entre sus penurias para encontrar un momento que se deslice entre tanta mediocridad y consiga darle un segundo de aliento.

Qué frío hace en estas estepas: no hay sino sollozos, vergüenza y el viejo truco de tratar de resetear la vida una y otra vez. Esta será la definitiva, por supuesto.
Camina con paso vacilante el temeroso desecho a sabiendas de que la muerte no le llevará pues su condena es la muerte en vida. ¿De qué sirve correr en un plano infinito?
Viven en una esfera pero piensan en cruzar el horizonte; escoria...

¿Qué son esos martillazos que se escuchan? es el resonar de todo cuanto el desecho anhela cayendo una y otra vez a un mar de llamas fatuas e irritables. El primer golpe representa la muerte de la nonata, de aquella mujer que nunca existirá, que jamás será, de esa persona idealizada que no va a amarle nunca. Podría secar sus lágrimas haciéndole sentir útil, que al menos funciona para protegerla. Pero no la pudo proteger, ella ni siquiera pudo llegar a conocerle, quizá podría haber sido pero algo lo impidió.

Más tarde se escucha otro impacto: es la redención, es esa oportunidad que nunca llegará, el sentirse amado y respetado de sus progenitores, de aquellos quienes tuvieron la desgracia de compartir algo con el desecho. Pero aquí muere toda probabilidad, aquellos quienes le concibieron ahora notan el aplastamiento craneal mientras agonizan por unos segundos. Trajeron un fruto podrido, ahora pagan el precio.

Un último choque, se escucha desde el abismo. El desecho comienza a correr en dirección contraria, ahora no desea ver qué ocurrirá, quién será el siguiente. Pero corre en una esfera, como ratón en rueda, como humano en planeta, nunca llegará, nunca trascenderá. Observa como el propio mar de llamas se deshace, se parte y se desvanece.

Huyó de la única posibilidad que tuvo de detener todo esto: la muerte, el suicidio. Ahora vivirá eternamente entre penurias, obligado a devorarse, a alimentarse de sí mismo. ¿Qué comerá primero? ¿su propia alma? ¿su maltratado cuerpo?

Bëm Kuribay -  Despojo

jueves, 28 de junio de 2018

Acerca de las drogas y la violencia

¡Vaya título le pongo a este escrito! pareciere que en lo más profundo de mi ser busco atención a cualquier coste.

Estoy tristemente borracho en el bar portuario de siempre, esta taberna tiene un inexplicable aroma a hollín, se respira sin embargo una tensa calma. Diversas almas condenadas se reúnen aquí para darse muerte física. Desgraciados como yo que pasan sus días en viejas cárceles de metal. De un puerto a otro, de un pequeño abismo a otro más sutil.
Antaño las prisiones se construían preferiblemente en islas, lo cual queda completamente explicado si se comprende el concepto de que el agua no es nuestro elemento ideal, aunque de ella dependamos como seres vivos. ¿Por qué iba alguien a querer construir un artilugio para navegar? ¿Por qué aprisionarse voluntariamente?
En un presidio te ofrecen comida y asilo. En un barco claramente lo mismo: la única diferencia es que en una cárcel no luchas contra ventiscas, huracanes, maremotos... aunque bien cierto es que no obtienes una compensación económica tan abundante.

La violencia: siempre estaba en cada paso de mi vida. Desde los golpes que recibía de niño en el orfanato hasta las constantes peleas que amenizan mi existencia en este tugurio. Una discusión sobre temas triviales es la chispa. Supongo que hoy día la gente trata de informarse sobre la mayor cantidad de temas posibles para siempre poder ser hipócrita y refrendar un argumento de otro si existe interés sexual o bien tratar de refutarlo si hay un interés iracundo.

Puedo apostar a que la violencia en el fondo es como una droga, para la gran mayoría de cangallas drogarse solo resulta demasiado patético. La acción de alterar la mente mediante sustancias por todos conocidas se realiza en grupo para que no resulte tan obvio que se está enfermo, que se desea la muerte. Claro queda que "mal de muchos: consuela horrores". Aunque me gusta más la expresión "no me importa caer si el resto del mundo cae conmigo". Curioso como la humanidad, sea del país que sea, teme a la soledad por encima de cualquier cosa.

Se preguntarán pues, por qué escribo en este estado. Imagino que al no ser un cangalla, para mí drogarme es un viaje de auto-conocimiento cuyo destino es la expansión no de dentro hacia fuera, sino de abajo hacia arriba. Para que quede mi billete sellado, que estas oraciones atestigüen mi partida.

John Kohr - Vitaminas muy concretas

jueves, 21 de junio de 2018

La conexión espiritual con Satanás

Muchas personas ven de cerca el abismo, casi pueden notar el vértigo en sus entrañas por culpa de los vaivenes de la propia vida.

Cuando todo falla, cuando amigos y familiares se convierten en usureros, es entonces cuando el ser humano deja de omitir el error nato y se decide a explorar sendas desconocidas. Lagos infames, pozos que llegan hasta la verdad, eternas llamas desafiando las leyes de la naturaleza...
Ese olor tan característico a azufre nunca llega, aquí huele a plantas en la noche, parece un atardecer tardío en el infinito, esas primeras horas de oscuridad en las que hay suficiente luz pero jamás cegadora.

El pacto, quiero hacer un pacto con alguien a quien nunca seguí, a quien siempre, por costumbre, he despreciado. Ruego ahora el eterno favor del implacable, del auténtico pastor. Beba de mi sangre y aliméntese de mi alma, ¿no ve por mis rasgadas vestiduras que poco más me queda para ofrendar?
Ser un superhéroe, convertir a las ratas al estoicismo, manipular el espacio tiempo para enmendar locuras transitorias, soportar la vida un día más.

Las temidas pecunias siempre son el epicentro de todo, parece que pueden subsanar la mismísima eternidad, la fatalidad, la pérdida de un ser querido. Sólo es capaz el ser humano de adular a la venganza. Si el mundo ha sido injusto a la hora de otorgarme una casta social, hágase la injusticia de que el dinero fluya hacia mí sin el menor de los esfuerzos. Si físicamente no cumplo los estándares de una pasarela o una alfombra teñida con sangre virginal, venga a mí la supremacía física para formar parte de ese grupo que otrora me fascinó y discriminó indecentemente.

¡Todos quieren convertirse en verdugo: ninguno detener la sangría!

Muchos temerán que no existe algo más allá, que las injusticias prueban con contundencia la inexistencia, o al menos: la inoperancia de un ser divino. Amargamente he de oponerme a la tontuna: claro que existe un ser supremo: pero los renegados y los imbéciles no consiguen escalar hasta la cima en la que mora.

viernes, 25 de mayo de 2018

La fuente de toda vida

¡Báñate en esta fuente me imperaron!
Pasé años escudriñando cada lago, cada río
Como fuente de inspiración fui a la India
Sólo es una mentira más de los británicos
Allí sólo se maquilla la miseria y el hedor
Flores en el agua, cadáveres flotando

Me lancé a espigar por donde no brilla el sol
Hacía años que no lo veía de hecho
La luna a veces es mala conmigo
Me encandila pero siempre se va
Un estallido en la piel: primero dolor, luego placer
Seguí trazando un camino errático

La vida me llevaba de un lugar a otro
Como síntomas sin enfermedad
Como luces atrapadas en la gravedad
Resonaban mis anhelos en el más allá
Sin nada que agradecer
Pero todo era gracias a ello

Supe que podría con cualquier cosa
Siempre obtienes lo que mereces
Nunca se es suficientemente puro
¡La muerte! la muerte es justa
Justifica todo acto contra ella
Nos iguala a todos los seres vivos

Uniforma la materia orgánica y la inorgánica
Equipara el dolor con la liberación
Se lleva todo lo perverso
aunque toma todo lo indulgente

Desde la dulzura de sus labios
a la dureza de su cráneo
Desde la felicidad del conjunto
hasta la miseria del desencuentro

Nada hacía pensar
en un eterno fulgor
que ese brillo
que ese brillo se apagaba
Nada es y nada será

Pensé entonces que: a pesar de todo lo pernicioso, había valido la pena el trayecto. Nos pasamos la existencia buscando la muerte, pensamos que todo irá a mejor mañana, que el tiempo todo lo cura y lo perdona. La muerte siempre es positiva.

¡Una palmada en el pescuezo!
Mojado me hallaba
En la eterna fuente
Por fin puro
De mi propia sangre.

Justin Feldo - La fuente de toda vida

martes, 17 de abril de 2018

La elección del fauno

Dicen que no se elige a la familia. Puedes elegir pareja, amigos, empleo, corte de pelo... pero jamás elegirás a la familia.

Naces en un seno familiar que te marcará para siempre y del que no acabes de huir. En cierto modo la locura siempre se presenta en las personas a las que crees más severas.
Yo, maestro, le elegí a usted como padre, elegí a la historia y a su eco como mis hijos, elegí a mis amigos como hermanos y rechacé de frente las teorías genéticas que me cosen a seres que por mucho que se aproximen siempre estarán a miles de kilómetros de mi espíritu.

Recuerdo cuando pasamos la tarde en aquel lugar del norte, el mismísimo viento se congelaba y se sentían sus quejidos. Luchaba contra el resto de los elementos en una suerte de batalla cíclica. Ahí comprendí la importancia de la simbología. Esa anciana nos servía té caliente y el sonido del agua sobre la taza, la oquedad de la tetera resonando con el asa de la taza y mi mente se nublaba, apenas podía vislumbrar algo porque el recuerdo vívido de Samara me aceleraba el pulso.

Aquella anciana estaba sola, depreciada por la edad y abandonada a su suerte pro aquellos a los que crió. Nosotros cortamos leña para ella, reparamos su hogar, vallamos su jardín, reforzamos las entradas y le trajimos víveres para que resistiera a la tentación de cruzar el río. Le hicimos compañía en mitad de la nada, con el vecino más próximo a miles de kilómetros. Fuimos cariñosos y amables: ella lo fue con nosotros, pero aún así yacía compungida cada día porque aquellos a los que crió, miserables e inexcusables, ya nunca volverían.

La esperanza ya no pasaba por aquel camino, se perdía entre las arrugas de su cara por las que fluía una corriente de amargura insostenible. En cada gesto notabas que le dolía la vida, que le pesaba el tiempo. Voluntariamente acortaba sus días para pedir a la muerte que la alejara de la realidad. Sus hijos se habían llevado con ellos a su madre, al menos, las ganas de vivir de ésta. Ya nunca volvería a sonreír. Nunca pudimos, ni tan sólo por un instante, suplantar a aquellos malnacidos.

Quizá la familia no se elija, o más bien, tenga que ver con un instinto primitivo que aún mora en nosotros. De cualquier manera, las decisiones se mantienen hasta las últimas consecuencias. Eso me decía mi padre.

viernes, 23 de marzo de 2018

No volverá, jamás

Era una chica muy especial, había algo en ella que llamaba la atención, aunque sólo si tenías esa capacidad de ver el aura de las personas.

Su pelo era pelirrojo aunque ella desde muy pequeña lo teñía negro porque su madre le decía que el pelo rojizo era de brujas y de mujeres de vida alegre. Su cuerpo era delgado y esbelto, realmente admirable aunque lo ocultaba siempre con un ropaje cuidado y pensado para pasar desapercibida, que no era sino el rasgo más característico de su ego.

Escuchaba voces en su cabeza me decía, no podía estar en silencio porque de una forma inquietante, aparecía un ruido en su mente. Desde el más absoluto de los nadas, algo brotaba: un sonidillo tranquilizador, anestésico e imperceptible para los demás. Podía ver un baile de luces tras sus ojos cerrados, entonces gritaba en silencio y me decía que no lloraba. Yo siempre supe que mentía.

Observaba a aquella mujer bajita, bonita y tan trastornada con asombro. Ella pensaba que la vida no tenía sentido alguno, que sólo era un momento en el que cierras los ojos mientras sufres y esperas para que acabe pronto. Aún así, su dulzura era implacable, era cariñosa y hasta en cierto modo, servil. Procuraba hacer feliz a la única persona por la que sentía algo diferente, por el único ser al que no le deseaba una muerte terrible y rápida. Cuando veía a otras personas se las imaginaba como un cuerpo podrido y sanguinolento que se descomponía a la vez que trataba de regodearse en su mediocridad un segundo más.

Cada vez que nos quedábamos a solas me decía que no tenía nada bueno que darle al mundo, me susurraba acerca de su creencia de que estaba al revés, de que se sentía vacía por dentro. Al parecer su cerebro la drogaba constantemente, de algún modo no podía ver las estrellas, tan sólo oscuridad... y otra vez ese sonido en su mente.

Me abrazaba y entrelazábamos los dedos de las manos sentados en un banco de madera cerca del pueblo, yo entonces miraba al cielo nocturno y veía el esplendor de la creación, la refulgencia del todo, el resplandor de las estrellas e inmediatamente después miraba sus ojos, eran de un azul oscuro muy bonito, pero en ese momento eran completamente negros. No lo podía creer, ella miraba al cielo pero nada brillaba en sus pequeños ojos. Ahí supe que estaba completamente hueca en su interior.

Una noche, respirando esa brisa nocturna tan típica de las zonas húmedas y boscosas, después de haberla amado tanto por la tarde, una noche de fuego y hielo me acarició el oído con los labios, los mojó con su lengua a la vez que humedecía mi oreja y entonces me confesó algo: "A pesar de todo lo que hemos compartido y pasado, un día simplemente te irás, te alejarás de mí y ni tan siquiera te darás la vuelta para mirarme. Tú seguirás viviendo, yo no. Te esperaré en el más allá."

En ese instante la amargura me corroía por mis adentros y bien claro pude ver que esta no era una de tantas frases depresivas y tristes que solía decir. Esta vez el ruido en su cabeza se transformó en una premonición. Solté sus manos y me puse en pié, comencé a caminar alejándome muy lentamente de ella, escuchaba sus llantos y sus súplicas pero no podía reaccionar. Fruto de un embrujo desprecié todo lo que soy y me fui acercando a mi destino, otra vida mundana, otra persona que deja escapar el infinito. Supongo que tuve miedo de la felicidad, pues cuando la tienes pueden arrebatártela, pero cuando nada tienes nada puedes perder.

Ella sollozaba y se ahogaba con sus propias lágrimas, puedo jurar que la amargura me presionaba alrededor de la nariz, notaba cómo le hacía daño, estaba de algún modo, arrebatándole la única conexión que con la vida poseía. Dije que yo no lloraría: mentí. Ahora lloro cada día porque sé de buena fe que aunque plantes una rosa muerta, nunca volverá a la realidad.

jueves, 25 de enero de 2018

Tomaré lo que tienes

Estoy de vuelta
Más borracho que siempre
Puedo escapar, no vengas por mí
Lo olvido todo cuando me desmallo

Pierdo el control
Porque así lo deseo
Controlo el descontrol
La locura en las matemáticas

Sé que llegará
Mi fe es más fuerte que una guadaña
Que me unja en la cascada del amor
Uno es la crudeza, el otro es Jesucristo

Como si la nada acudiera al fuego
Sollozan en el hedor de la perdición
ruegan segundas oportunidades, redención
Claman por la salvación

Se cruzan de brazos y venden lo que no entienden
Cuando alguien está dispuesto a vender su alma...
Cuando lo está es que nunca la tuvo
Pero serás salvado si escuchas a los ángeles

Sólo la deidad posee tu alma
no hipoteques tu cuerpo al son del calor
Mientras la menta fresca se evapora
la realidad te destruye

Corrosivo como el tiempo
cada día es uno menos



Si la meta es la muerte, entonces dime, ¿a dónde va este navío? no siempre he dado lo que se esperaba de mí, suponen que soy el elegido pero sólo soy el que se alza entre la mediocridad. ¡Que dejen de clamar por atención! no puedo atender el reclamo de los corazones impuros. Aunque se emborrache de incultura nunca podrá olvidar que no será.

Cantamos solos, decimos mentiras cuando las cosas van mal. Si entiende que debe llevarme ahora a casa, si para usted la embriaguez sólo es amnesia selectiva entonces es que debe morir. Láncese desde el torreón más alto y ruegue por la desaparición. Lo lamento pero ni con todo el opio del pueblo podrá amedrentar al elegido.

Todas las consonantes - El nuevo líder.
FAK - AFN

sábado, 20 de enero de 2018

Sigue pensando acerca...

Siempre ha estado ahí, en cada colina y en cada barranco, la providencia nos guía siempre aunque no sepamos bien qué es.
Nada entiendes si él desea instruirte, como meros animales que somos, la recompensa por actuar de acuerdo a sus parámetros y el castigo por desviarnos del camino. Dios funciona así, pero su dios no es Jehová pues Dios no tiene nombre, no uno que podamos generalizar.
La experiencia religiosa es una conexión maravillosa y única tan inexplicable como profunda entre una persona y la más pura de las luces.

El satanismo se opone a la iglesia pero no a Dios, todas las religiones fallan en aprovecharse de la misera y ofrecer un consuelo sesgado a cambio de pecunias, la realidad es que Dios no pide limosna, no castiga mediante la flagelación ni advierte el ocaso. En los momentos cruciales la providencia examina y compara, aquellos que a él se dirigen y escuchan la respuesta, aquellos que sienten y son capaces de discernir la actuación del todopoderoso, que castiga la piedad hipócrita y premia la ayuda de corazón, que penaliza a quienes ayudan a malas personas y endulza la vida de quienes tienden su mano a los que verdaderamente a nadie hieren.

Dios es Satanás, Satanás es Dios, cada nube y cada desierto, cada estrella y cada galaxia, cada instante y la propia eternidad. Nada en el todo y todo en la nada, las dos fracciones de universo el blanco y el negro, la creación y la que nunca será creada se debaten entre dos parámetros, existe el bien y el mal, existe la luz y la oscuridad y en cada momento hay algo por arriba de todo ello, una fuerza superior inexplicable que nada tiene que ver con descifrar la realidad, que va más allá de clasificar, investigar o descubrir.

Sé una persona mejor cada día, pero no promuevas la mendicidad. Crece de espíritu pero acrecenta el de los demás, no desfallezcas en la creencia propia, pues por mucho que temas, en cada momento que le convoques acudirá, pero entonces serás juzgado y sólo mejorará tu suerte si eres puro, si crees de verdad, sino, todo irá a peor.

Anónimo

miércoles, 10 de enero de 2018

Para todos y para todas

Inservible como el medio día.
Pasan los años y tratan de volver
fantasmas del pasado que renacen
sudores fríos en la locura de la mente

Pero si vuelven no encontrarán a quien se fue
esto es un espejo del alma
Tú sólo eres un puente más
mensajero del Edén

Se ilustran con mi presencia y brilla mi lustre
tu mediocridad se convierte en fantasmagórica
la extirpe que de ti se desprende y tu sucia súcubo
de pena mueren las flores en ese jardín eterno

Finalmente me he convertido en un vampiro
absorbo la esencia de cualquier parámetro
Hoy un día más, otra prueba de fuego
sin más atravieso el infierno y no me quemo pero quemo

Suena el organillo en esta celda de cristal
muchos a rogar a Satán
pocos a pretender trabajar
Penosa expresión no para la locura

Amanezco cada anochecer y siento el poder
algo recorre mi silueta, vida plena
como cualquier hombre ciego
hoy canto por ti mandarina

LZ - Masourunne