lunes, 30 de diciembre de 2019

Lo nunca dicho

Nunca será dicho
Está loca
Y lo sé
Me gusta

Así como la primavera y el otoño son prescindibles
Deja que la calidez del ron toque tu alma, indecible
Joya que no se deteriora, ¿dónde están los placeres?
No puedo negarlo, esa locura me ata al mundo

Cegado por su conducta maníaca me hundo en su pecho
Entonces le pido un beso a la luna, que mira con desdén
Todas las estrellas se apagan y se encienden en un instante
Sólo quien nunca deja de mirarlas es capaz de verlo y beberlo

La oscuridad nos aguarda, no importa cuánto nademos
Rezo a quien esté escuchando que la luz se deshaga ya
Si oscuridad es lo único que llegará, que llegue ya
El jugo carmesí teñirá el universo de blanco

Entonces ella me besa y me dice que sólo está oscuro cuando los ojos se cierran
Si no hay luz, entonces la fabricaremos nosotros
Privilegio siempre buscado, estar vivo es el culmen del placer
Nacido humano, sólo nosotros apreciaremos la obra completa

Vicisitudes del sentir, amar, creer y morir
Disfrutemos al máximo cada gota de lluvia
Tal vez sea la última
¿El sentido de la vida?

Cantan los pájaros en la mañana, los grillos al anochecer
Sin música qué aburrido sería existir
Sin ti qué simple sería vivir
¿El sentido de la vida?

El único sentido de mi vida eres tú
Ver florecer, sentir cada ciclo como el último
Fuerza misteriosa que nos impulsa
Tal vez somos los elegidos

Cuesta creerlo, el sentido de la vida
Pero quién sabe, al final del camino quizá espere algo mejor
El Edén no puede arder, porque el fuego está en la Tierra
Disfrutemos esta copa como si fuera la primera

Mañana morirá otra estrella, colisión de corazones
Un día más contigo, uno menos para verte
Cada segundo es la historia de la percepción
Viviré para siempre, comencemos a ponernos cómodos

NSMONA - Vivalbum Etherum

sábado, 16 de noviembre de 2019

Eres tan joven

En otros tiempos fuimos novios
Pero ahora eres tan joven...
Dices que está bien
Necesito más tiempo para pensar

Mis amigos vienen y van
Necesito más tiempo para decidir
Eres joven, ¡oh! ¡tan joven!
Todo te sorprendía cuando te besaba

Cada vez que nos despedíamos se apagaba un farol
Una luz moría en la penuria de la penumbra
Nadie puede ahora alejarte
Qué difícil es ser feliz

Uno marca el camino
Dos le siguen sin reservas
Tres mueren por su causa
Uno llega al final

Cada vez que escucho esa melodía
Todo momento que rasga mi consciencia
Me han abandonado aquí 
Y yo siempre busco cosas que reprocharme

Aún cuando ya no me queda sangre que llorar
Siento la pesadez de tus ojos cerrándose
No puedo entender lo que dices
Deja de hablar, sólo es un ruido que me perturba

¡Ven a mí! demonio de las mil caras
Eres tan joven, ¡oh! ¡tan joven!
La iglesia se pervierte a cada beso que nos damos
El ritmo proviene de las rocas desprendiéndose

Las líneas que seguimos sólo son luces y sombras
Luces y sombras en un baile de máscaras
Qué es bien y qué es mal cuando todo gira en torno a ti
¡Muerte al redentor! ¡muerte al panto.CRATOR!

Symbswole Buchllya - Tan sólo somos hombres.

viernes, 23 de agosto de 2019

Tan bonita...

Este es uno de los poemas más desconocidos dentro del satanismo, aunque también uno de los más bellos jamás creados. Queridos lectores del blog ¿de qué habla realmente este poema?




Eres bella, tan bella...
¿Puede alguien realmente describirte?
Si tan sólo pudiera desdibujar la locura del arte
Tantas empresas fallidas para arrebatárnoslo

Tantas piedras lanzadas desde el futuro
Pensaron que el tiempo nos separaría
Ilusos humanos con mentes débiles
Qué poco aprecian su corta existencia

Dejo que dances para mí y me emborracho de ti
Que la candela no sea lo único que calienta esta sala
¿Pueden mis ojos atrapar tanta belleza?
La muerte nos acecha en cada matorral
 
Eres tan pequeña como la luz natural
Me pides una última canción antes de volver
Yo le regalo a tus oídos lo que tú a mis ojos
La última verdad es que eres demasiado bonita para ser vista

Increíblemente bella como un diamante
Cuando no puedas dormir escucha esta canción
Estaré siempre para ti
Quien sabe esperar siempre es recompensado

Pongo melodía a tu vida cada día
Incluso cuando no puedo jugar contigo
El sol ilumina tus brazos en el amanecer
Tu pelo se ver más claro ahora y tus ojos brillan

La musa de todos mis actos crueles
La instigadora del crimen y la conspiración
¿Podremos pasar esta noche juntos?
Escucha, ahora que no puedes dormir

El cielo se rompe y se deja entrever el amor
Soy un regalo que te envía la creación
Soy la muerte, el exterminador, tan sólo sirvo a Dios
Cada vez que no puedas dormir...

Athanatos - Olvido y dudas (1432)

martes, 6 de agosto de 2019

Recuperemos lo que es nuestro (II)

Entonces escuchamos cómo uno de los vecinos del pueblo decía en voz alta que se había ido la luz. ¿Ido adónde? pensaba yo mientras aguardaba expectante la reacción de aquellos iletrados.

Mientras escuchábamos un par de puertas abrirse y nos asomábamos por la ventana de su salón comenzamos a juntar nuestras caras y noté cómo comenzaba a sonreír, algo que pasaba como mucho un par de veces al año.
Se escuchó una explosión mayor que la anterior y un grito sordo a lo lejos, un alarido que perturbó aquella calma que era casi tangible a esas horas de la noche. Salimos con disimulo de su casa mientras nos camuflábamos entre todas las personas que salían de sus hogares y marchamos junto a ellos en dirección a la caja metálica, fuente de aquel ruido irrepetible.

Pisábamos ramillas pero no oíamos ningún crujir, pues un llanto estremecedor que cortaba el viento lo impedía. Fuimos caminando más rápido hasta que los árboles se apartaron y pudimos contemplar aquella sugestiva escena. Un padre de familia del pueblo de al lado había tratado probablemente de reparar sin éxito aquel aparatejo, ahora yacía petrificado y quemado en el suelo, con una mano completamente fundida, prácticamente desvanecida, se veía el interior de aquel brazo destrozado, casi despedazado.
Su mujer, ataviada con un pañuelo en la cabeza y una larga prenda blanca de vestir que aunaba la parte superior del cuerpo con la inferior así como una chaquetilla color ocre de lana y unas botas marrones completamente agujereadas y desgastadas, lloraba de forma escandalosa mientras trataba de no desmayarse. Esa respiración agitada y taquicárdica, esos ojos marrones llenos de lágrimas y esa nariz moqueante e irritada. Sus manos trataban de sujetar su cabeza tapando su cara, pero se detenían a medio camino, no tenía fuerzas ni para flexionar el codo. Estaba rota de dolor, muriendo por dentro mientras el pánico y la pena se apoderaban se un cerebro que marchitaba a cada segundo. El trauma, la castración de capacidad intelectuales y sentimentales...
A su derecha estaba la hija de aquella mujer y el hombre electrocutado, tenía los dientes superiores asomando, los ojos todo lo abiertos que le permitían sus párpados y una media melena castaña alborotada y desaliñada. Su expresión estaba congelada, al igual que todo su cuerpo, no se movía, parecía no respirar mientras miraba al infinito, aunque sus ojos apuntaran al cadáver de su padre. Pasados unos segundos, su cabeza comenzó a moverse de un lado a otro apenas unos milímetros, más que in giro era una vibración, un movimiento involuntario y repetitivo. Parecía estar tratado de negarse a algo pero su cuello rígido no se lo permitía, por ello aquel temblor ladeante.
Su hermano, que tendría unos diez años, es decir: dos más que la niña paralizada, miraba al suelo mientras las lágrimas le empapaban la cara.
-¿Qué le ha pasado a papá? ¿está muerto verdad? ¿por qué...?

Uno de los ancianos allí presentes volteó al chaval para sacarlo psicológicamente del momento y tomándole la mano comenzó a alejarlo. Pero se detuvieron instantáneamente porque la madre del muchacho comenzó a gritar todavía más fuerte y se desplomó en el suelo. El niño soltó la mano del anciano y abrazó el cuerpo de su madre mientras gritaba "¡mamá! ¡mamá! ¿qué te pasa? ¡mamá!"
La angustia hacia mella en los presentes y aquel anciano abrazó al niño. Todos se fueron portando el cuerpo de la madre hasta su casa para tratar de reanimarla. Todos se marcharon a la carrera y dejaron a aquella niña sola, que seguía ensimismada.

Entonces ella se acercó a la niña y le dijo:
-Si quieres ir con tu papá puedes hacerlo, sólo tienes que abrazar muy muy fuerte eso negro (haciendo referencia a un panel metálico que había dentro de la caja).

La niña comenzó a mirar a ella a los ojos y su expresión se modificó ligeramente, fue un cambio casi imperceptible, parecía más horrorizada incluso que antes. Ella prosiguió:
-Tu mamá se va a morir y tu hermano no te quiere, ve con papá, ¡vamos!

Yo observaba toda la escena sorprendido por lo que había pasado, pero viendo el cariz que estaba tomando aquello, dije:
-¡Vayámonos! aquí ya no tenemos nada que hacer, será mejor volver a casa porque sin luz está oscureciendo demasiado y hace frío.
Ella me miró con semblante serio, podía oler ese enfado contra mi persona por no quedarme a ver si era capaz de manipular a la niña para que cumpliera con su voluntad. La tomé por la mano y comenzamos a caminar hacia su casa de nuevo, paseando por el bosque de noche mientras nos alejábamos de aquella niña, que quedaba a merced de su juventud y de la amargura, de las palabras que la animaban a cometer suicidio.

En cierto modo, cuando habíamos caminado lo suficiente y me giré para ver por última vez a la niña, supe que era la última vez que la veía, algo en mi interior me decía que iba a morir, que realmente estaba condenada. Le habían arrebatado a su padre, a su madre, a su hermano, a su inocencia, su niñez era ahora una carga más para su madre.
Paseamos hacia nuestro pueblo cuando escuché una carcajada tímida. Entonces la miré a ella y vi cómo imitaba el movimiento de la cabeza de la niña, copiaba aquel temblor desesperado mientras me miraba con los ojos muy abiertos y una sonrisa malévola. Arqueó una ceja y mostró una sonrisa torcida con los labios cerrados, la besé y caminamos hasta llegar a la cama, donde me obligó a tener relaciones sexuales. No quería, no me apetecía, pero la carne es débil y más débil soy yo frente al destino.

Amaneció un nuevo día y cuando salimos para ir a adquirir el periódico y leerlo juntos, el propietario del kiosko estaba consolando a una mujer y entre muchas palabras necias, la mujer le dijo:

-Es que encima la niña se ve que se quedó sola... en el bosque... estaba completamente destripada, piensan que un lobo pero claro...

Nunca supe si lo que aquel supuesto lobo había devorado era un cadáver electrocutado o una niña viva. De cualquier modo, sea como fuere, había muerto devorada por una loba implacable.

miércoles, 24 de julio de 2019

Recuperemos lo que es nuestro (I)

Si algo ha perdido la humanidad es el contacto con el universo, hoy día se necesitan potentes aparatos para ver algo que hace algún tiempo se veía a simple vista.
Ver la vía láctea (una parte de ella) desde tu ventana es algo que sólo se puede hacer en unos lugares muy especiales y concretos hoy día, se ha perdido pues, el abrazo de las estrellas y el relucir del fulgor incandescente que nunca alcanzaremos. Cree el ser humano que está más conectado y que sabe más que nunca acerca de lo que hay más allá, pero sin embargo, lo ha expulsado de su vida completamente, muchos nacieron y morirán sin ver lo que nos rodea.

En el pueblo pasaba algo semejante, cuando llegaba la noche y la oscuridad acogía en su velo a todo tipo de criaturas y sucesos inexplicables hoy día, entonces todas las casas cerraban puertas y ventanas a cal y canto. Se aseguraban de que las puertas de madera estuvieran en condiciones antes de juntarlas y echarles el pestillo de paso, como si sirviera de algo, se corrían las cortinas. Las puertas se cerraban utilizando la llave y unos pequeños pestillos que todas las casas del pueblo tenían, una medida que instauró un vecino poco antes de la guerra civil para que las puertas aguantaran más y diera tiempo a huir. 
Se encendían las chimeneas y velas y se guardaba un cubo con agua fresca tapado por un pequeño paño de tela con adornos zoomorfos. Sin embargo, en las últimas décadas, la electricidad había llegado al pueblo. No era electricidad corriente como en las ciudades debido a lo complejo de la instalación, pero sí que se podía conectar un par de "bombillas" para que iluminaran la plaza y de paso, como todas las puertas del pueblo apuntaban hacia ella, se alumbraba ligeramente los umbrales al abrir cualquier casa. 
El progreso y la oposición de la naturaleza a él, el eterno paradigma reflejado en nubes impenetrables de mosquitos cuyo tamaño supera cualquier cosa que se pueda imaginar y cuya voracidad está fuera de toda escala racional. En mitad del bosque, completamente rodeados de árboles, ríos y pequeñas lagunas... instalar "bombillas" fue definitivamente una mala idea.

Fue entonces cuando el pueblo de al lado se inició en esto de la iluminación, por aquello de la rivalidad entre pueblos (excusa política) y por abaratamiento de costes al instalarlo todo como la misma compra (realidad política). Conforme las bombillas ganaban terreno, el cielo cada vez brillaba menos. El continente entero comenzaba a instalar aparatos cada vez más brillantes, los pueblos desaparecían o se convertían en residencias veraniegas para los obreros industrializados. Cada vez me resultaba más complejo esconderme con ella al abrigo de la noche, pasando agachados por si acaso, caminando despacio y sin hacer ruido, escurriéndonos cuando los demás cenaban y dormían. 
Ella no estaba nada contenta con la situación y cuando caminábamos por el pueblo de noche hablaba menos de lo habitual, no mostraba sentimiento alguno pero se podía percibir que estaba destilando odio lentamente y que por su cabeza pasaban pensamientos venenosos.

-¿Qué pasa? ¿por qué tienes ese humor por las noches últimamente? ¿hay algo que te perturbe?
-Cada bombilla que encienden estos primates es una estrella que nunca podremos ver morir, no me gusta nada que nos roben privacidad y que manchen el cielo. Los odio a todos y cada uno, felizmente están condenados.
-Entiendo... pero tú debes comprender la realidad, que es un avance, una forma de superar barreras y de vencer a la oscuridad, resulta curioso cómo ver el mal les tranquiliza, no les importa que algo entre en sus moradas, pero temen con todo su ser no saber qué fue ese algo. Temen al desconocimiento, a lo que no comprenden y ese es, en el fondo, el motor que les empuja a seguir el camino de la superación y por lo tanto, seguir la senda del conocimiento y el progreso.
-¿Progreso? no lo es, ni la curiosidad ni el miedo les van a hacer avanzar jamás, cualquier animal tiene esas emociones. Es el deseo lo que realmente hace avanzar a un organismo, vivo o muerto.
-¿Qué podemos hacer? la humanidad mora y rige este planeta, el futuro avanza hacia donde ellos se mueven, lastimosamente se equivocan siempre, necesitan guías que sean superiores a ellos.
-Si los necesitan es que no son capaces. Si los necesitan es porque son menos que un asqueroso gusano, quien sí se vale por sí mismo. Si los necesitan no los merecen. La aniquilación salvará a las otras especies, al planeta y a ellos mismos.

Siempre ha sabido sacarme una sonrisa porque aún en lo más oscuro de sus palabras brilla la luz de la experiencia, del conocimiento y sabe que yo no soy el redentor, al final siempre puede arrancarme las palabras que busca, comprende cómo funciona el mundo en el que vive aunque lo deteste. 

Así pues, fuimos a nuestro lugar especial y mientras en aquella calurosa noche de verano nos refrescábamos entre árboles y la cercanía del río, comenzamos fijarnos ambos en un cubo de madera que siempre dejábamos ahí por si nos hacía falta para asearnos u otros menesteres. Ella me miró con esos ojos tan penetrantes y profundos y pude ver una mueca de crueldad desatándose dentro de su cabecita. Me quedé callado sin decir palabra y comencé a mirar el cubo, ¿qué se podía esperar en una situación así?
Entonces nos fuimos a la caja metálica desde la que salía la electricidad con el cubo lleno de agua y lo volcamos con sumo cuidado sobre toda la parte superior de la caja... sin efecto alguno. Supuse que en el fondo, el agua no estaba penetrando lo suficiente así que cerramos el armario que contenía a la caja y por una pequeña caña metálica que evacuaba los calores y los gases que se generaban comenzamos a echar agua como si nos fuera la vida en ello con ayuda de nuestro cubo. Entonces se escuchó una pequeña explosión, se detuvo el ruido y comenzó a salir humo. Nos retiramos y nos escondimos en el bosque que estaba completamente oscuro y negro. Fuimos caminando lentamente dando un rodeo y nos escondimos en su casa, a la cual llegamos sin demasiado percance gracias a que volvía a estar completamente sin luz todo el pueblo. 

Todas las luces apagadas, otra vez esa sensación, esa conexión con lo que está al otro lado... cruza el universo y que nadie trate de impedírtelo, porque el brillo del universo es tu brillo, eres tú, si te quitan eso tu vida entonces sólo será una gota más en la lluvia. Nunca lo permitas.

jueves, 23 de mayo de 2019

Hasta la candela se consume en la pira

Es una pira incandescente
Donde muere hasta el mismísimo Lucifer
No puedo dejar que se apague la vela
Aunque no creo que vaya a ser sencillo

Vientos gélidos soplan mi espalda
No es la hoguera, es el ánimo
Con paso firme aún con temor
Volveré otra vez a salir del fuego

Intacto, más duro
Invencible, con más fuerza
Aliados de todo costal
Fuerzas que me empujan

Misteriosos seres de luz me acompañan
Por fin veo la luz al final
¡La veo, la veo!
Es la tierra prometida

Siempre vigilante
Falle el cuerpo
Falle la mente
El alma es incorrompible

Tengo cuanto quiero y merezco
En una vida así ¿quién puede rendirse?
Lucharé un día más, una eternidad si es necesario
Todo pensamiento impuro perecerá

El tiempo todo lo puede
Me curaré de nuevo de este terror
Veo la maldita luz por fin
Salgo tan duro como el primer día

Cuando sabes lo que es verdaderamente duro
Cuando vienes de la base del infierno
Cuando los golpes te han noqueado tantas veces
¿Qué es esto sino irrisoria penitencia?

No les des de comer
Jamás lo alimentes
Sigue sin detenerte jamás
La luz entre la niebla verás

Anónimo - Libro de cartas (IX-VII)

lunes, 20 de mayo de 2019

Ben Best Allein

La complejidad de la locura es algo inescrutable, caminos infestados de temores y pensamientos que asaltan la caravana sin piedad.

Nos dirigimos probablemente al comienzo de un nuevo ciclo, no será mañana, puedes dejar de abrazar tu muñeca porque no hay peligro esta vez. Es la parte más calamitosa de la propia vida, al menos de este lado del muro. Pensamientos insultantes y despiadados que tratan sobre autodestrucción y sufrimiento, pretenden someterte y con toda su fuerza presionan tu pecho y tu cabeza para mantenerte en la fosa.

Lo cierto es que existen dos grandes partes dentro de este lado de la existencia: la realidad, cuya existencia no es efímera y se mantiene mucho más estable de lo que pueda parecer. Y la fantasía, siempre urgente y con una vida muchísimo más sucinta y plañidera.
Se ha de vivir en la realidad, en la que las cosas funcionan mucho mejor, donde habitan los sentimientos puros y verdaderos que garantizan una base estable e inamovible y huir de la fantasía más aciaga que planea sobre nuestras cabezas, es algo que he aprendido en un mundo decadente y putrefacto.

Hay demasiadas cosas por las que disfrutar la vida, sea cual sea, siempre existen un motivo por el que luchar un día más y comprender que nada en nuestro ser tiene capacidad para poseer ni controlar al yo consciente, al que realmente decide cuándo y cómo. Apoyémonos en la realidad y en todo cuanto podemos ver mientras estemos en este plano de la existencia, pues ya habrá mucho tiempo cuando abandone este cuerpo y quién sabe si retorne con otras características o quizá no pueda porque sea reclamado de nuevo como ángel exterminador que soy, para aniquilar otro universo, otra realidad en una guerra entre el bien y el mal que jamás termina.

Miles de esperanzas arden al calor del odio en una pira infranqueable e insumisa, son dos conceptos enfrentados entre sí y yo por encima de ellos teniendo que decidir de quién soy emisario en cada guerra. Ganará un bando o lo hará el otro, quien ayer combatió a mi lado, mañana morirá a mis manos mientras el sol negro eclipsado se va consumiendo entre metáforas complejas como esta, mientras la realidad colapsa sobre sí misma y es obligada a elegir un punto central sobre el que comenzar a desmoronarse.


Puede crecer cuanto quiera, lo hará rápido y sin detenerse jamás. Puede tratar de contener todo cuanto existe en sí, necesita huir hacia todas direcciones para sentirse protegida, pues mientras no deje de correr nadie querrá acabar con ella, dos viejos elegíacos no pueden correr tan rápido, pero aún con tanta celeridad, el eclipse es inevitable y acabará alcanzándola.

Disfrutemos pues del tiempo que nos quede, sea cual sea, porque cuando me quite la máscara y tome de nuevo el sable con el que convertí a Damocles en dos mitades inservibles, con el que descifré la profecía de la existencia, cuando sienta de nuevo que es la hora y me llamen de ambos lagos y me sumerja, entonces ya nada será.

ATNTS - Transicionando

martes, 16 de abril de 2019

Aquí y más allá

Es curioso sentir los anhelos de la gente cuando se asoma al infinito. Almas que se perderán para siempre, energía consumida en vida ahora se desvanece en la eternidad.

Ese último hálito, ver cómo un fuego fatuo e incesante consume los restos vitales de quienes ya han abandonado su carcasa y se convierten en un mero recuerdo caduco e intrascendente. Pero, ¿por qué nosotros? ¿por qué no nos consumimos? a diario me pregunto si tal vez recae en nosotros alguna responsabilidad que desconocemos. Mientras que los demás faroles se quedan sin aceite, nosotros brillamos eternamente aún cuando hemos consumido todo cuanto nuestra última armadura nos pudo proporcionar, siempre retomamos el camino de vuelta a cualquiera de los hervideros.

Una y otra vez, como el mecanismo infinito que compone el tejido sobre el que se asienta la realidad. Nunca pedimos esto, no sentimos fortuna alguna en nuestro destino, pues vemos cómo perdemos todo una y otra vez entre ecos de nuestra vanidad pasada y presente. Todo por lo que trabajamos, aquellos a los que dejamos atrás y también a los que se nos escaparon de entre los dedos en un invierno duro. Observamos impotentes desde la lejanía cómo una y otra vez desaparece aquello por lo que luchamos y el único plano en el que verdaderamente podemos yacer sin importar cuánto, ese lugar miserable y tenebroso está completamente hueco. Quizá pueda resultar impresionante ver ese torbellino de almas que se van apagando y la tranquilidad absoluta que contrasta con dicho caos un poco más arriba. ¿Es aquello el paraíso?

El lugar prometido no puede ser algo tan solitario e indecente, donde la única diversión es ver a los condenados morir. Uno tras otro, sin descanso van desapareciendo tantas almas y forjándose nuevas, todas ellas sin grandes perspectivas y con un periodo de vida muy limitado. Estamos solos, vagamos eternamente en un camino que conocemos demasiado bien, observamos con estupor cómo se contraen las raíces de la mismísima creación a pasos agigantados. La locura más extrema de todas es la que siento por ti, sé que esta vez quizá no merezca la pena volver más allá de recordar viejos tiempos, tal vez sea mejor dejar de volver y simplemente darle la espalda a todo lo demás.
¿Quién nos ha condenado a nosotros?

Ciclos infinitos nunca desaparecerán,
eternos luceros sin cristiandad
hoy ha comenzado un nuevo camino
vuelve la transición a tomar posesión

Eterna lucha entre clanes, nadie sabrá jamás
por qué su luz de apagó y la mía no.

viernes, 5 de abril de 2019

Índigo

Esta vez estamos aferrados a la proporción más íntima del universo, tenemos un punto evolutivo más marcado que nunca y puede ser que en una subida de este calibre no queden cosas sin caer del equipaje.

En las esteras se apoyan unos pequeños cobertores, que al igual que ocurre con los recatos, nunca acaban de vislumbrarse del todo. Inteligente, pero siempre vuelve.

El olor tan característico que marca el paso del fuego a la brasa de madera de roble se cuela en el refugio y notamos cómo el calor nos protege no sólo del frío y de los depredadores, sino también de los malos pensamientos.

Familia de bastardos, la desdicha se ha cebado con el aprendiz y ahora no puede ver mucho más allá, se espera que recupere la visión en unos pocos días, aunque tendrá que ofrecer algo a cambio. Él arrebató algo al universo, ahora deberá devolvérselo o destripar al creador ¿podrá?

Agua en plena ebullición, las hierbas aromáticas perfuman todo el escondrijo y por unos instantes podemos olvidar las bombas, los disparos, la miserable existencia que llevamos en este circo mortal.

Esta vez hemos forrado las paredes con estanterías, maderos y todo tipo de chatarra metálica, son pequeñas barricadas que dan más masa y consistencia a las paredes. Robamos escombros y tratamos de dar una mayor sensación de destrucción en la propia calle, así como en las adyacentes y de paso bloquear el paso de vehículos pesados. 

Los alimentos y medicamentos escasean, pero vamos robando y saqueando los de las casas y construcciones vecinas, todos están muertos.

Es una tormenta de emociones diaria, pero hemos sido muy inteligentes, nos alimentamos a base de miel, agua y algo de vino. Podremos sobrevivir al menos un año más, aunque la calefacción ya no funciona tan bien, hace mucho frío en los cuartos y todos dormimos en el salón.

Tenemos munición, barricadas, trampas y nadie sabe que estamos aquí. Somos bastantes para defender el hogar, no creo que nadie pueda arrebatarnos la vida aquí, pero requerimos un sistema de comunicación: ya no sabemos qué ocurre en la ciudad y no podemos asomarnos.

El reverendo no puede controlar sus impulsos, ruega a Satán que la destrucción acabe pronto, pero ruega a dios que consiga dominar sus emociones. Sólo un día más, quizá una noche eterna, pero tan sólo una a fin de cuentas.

Parece que hay algún gas tóxico en el ambiente: se recrudece la hostilidad perpetua.

No puedo entender por qué dura tantísimo la desgracia colectiva, quizá sea el momento de tratar de cambiar esto, la humanidad se extinguirá, nada quedará. Polvo al polvo y ceniza a las cenizas.

Se acabó la realidad para todos aquellos que ya no saben ser.

Salgo decidido, he tomado unas cuantas copas de más, apenas nos quedan suministros y me he comprometido a buscar más. He mentido, vago a la deriva entre mares de sangre y icebergs de escombros. Estoy dispuesto a irme de una vez, esperaré sin mesura, quiero renacer cuando todo esto ya haya acabado. 

Llevo días caminando y nadie ha salido a mi encuentro, es como si no pudieran sostener su existencia si no es importante. Estoy en el bosque más tenebroso que haya pisado un ser consciente. El cielo parece decirme que sólo acabará el terror cuando yo me enfrente a él

Tengo a la bestia frente a mí, ha vaciado el planeta entero para que salga a su búsqueda ya que no ha podido encontrarme. A quién debo creer en estos lares sin amor, amistad o lujuria.
No quiere acabar con mi existencia, nadie puede hacerlo, sólo necesita jugar conmigo, mi atención, mi consideración.

Qué haremos si todo esto continúa, ¿cuándo ocurrirá otra transición? ¿estaremos listos para abrazarnos de nuevo?

Sonny Krammer. - Paszicio Sakore - Possë Bääh

miércoles, 27 de marzo de 2019

El juicio final

Escucha los gritos sordos
Acaban de descubrir los sueños vacíos
Una vida pensando que se calentarían
Años de trasiego y travesías en el hielo
Pero más allá tan sólo hay más tundra

Como deseos en la eternidad
Sólo el mediocre teme la verdad
A nada llegará porque el miedo le pudo
Sólo un paseo más...

Aquel que sólo desea la felicidad
Pero la teme y le desborda
Cuando la llama se apague...
Pueden miles de pájaros errar
..ni ceniza quedará

En el edén sólo pasa el júbilo
Las penas ahogan las almas
Es el escollo el que impide
a los más toscos llegar

Se desafinan las voces con el pesar
La amargura es tan sólo una derrota más
Dónde quedarán los ecos en la eternidad
Cuando aquel que siempre vuelve se vaya de verdad

La inacabable lucha entre el bien y el mal
Por qué ambos acarician el caos
La única ley universal es el desorden
Crear y destruir eternamente

Ayuda a esa corriente maquiavelista y serás
Sólo unos pocos saben nadar
El padre, el hijo y la santísima madre
Guerras inacabadas que nunca olvidarán

La trinidad del deseo, la paz y la ceguera
Si siempre hemos sido ángeles...
Si nunca hemos elegido luz o sombra
Quizá al dilema que presagia el final
le pesa el deber de destronar al cosmos
No será una más, no desaparecerán
Eternas luchas reflejadas en el fondo del mar
Cuando se realice la selección
Presagio de un amargo final
Si se desborda el río se llevará la vida
Una proclamación que no llega
Se acerca la hora final
Un beso, un abrazo y un perdón
presagiarán el nombramiento

Se alzará la oscuridad y el ciclo se cumplirá una vez más
No serás, tú ya no estarás
Tu energía cambiará y prevalecerá
Pero tu ser ya no volverá a amar
Se termina la paz en nuestros fueros por enseñarte a anhelar

Blanco o negro
La piedra está en el mar
Vuela o reprímete
Hagas cuanto hagas

Se acerca el juicio final

Emisario de la oscuridad - Dedicado al retornante - 666

martes, 22 de enero de 2019

Prisionero de la perpetuidad

Parece que avanzamos hacia una debacle inevitable, que todo bien que hemos ido dejando atrás se ha convertido ahora en pequeñas burbujas que encierran nuestros momentos más felices y se van flotando de nuestra vida.
El mal, todo cuanto nos pesa, se queda y se mantiene eternamente como un pequeño lastre que flemáticamente vamos soportando hasta que no nos quedan más mentiras que contarnos a nosotros mismos.

Es entonces cuando pensamos en todos los cruces de caminos en los que nos desviamos y anhelamos aquellas tormentas veraniegas que no supimos aprovechar, aquellos momentos acogedores en el hogar que despreciamos porque sentíamos que el tiempo se nos iba y que estábamos, de algún modo, desperdiciándolo. ¡Cuánto quisiéramos volver atrás en el tiempo!
Aquella chica tan bonita a la que no nos atrevimos a hablarle porque nos empequeñecíamos al contemplarla, ahora quién sabe qué fue de ella. ¿Descansará en los brazos de otro? ¿seguirá viva? ¿qué derroteros habrá sido empujada a seguir? ¿hubiéramos sido más felices a su lado? ¿y ella?
Aquel amigo al que en su momento preferimos traicionar porque pensábamos que su amistad estaba periclitando o bien porque el aura de persona especial en él se desvanecía cada día, la emoción siempre es una parte a tener en cuenta en las relaciones humanas, pero lamentablemente nunca es eterna.

La familia... siempre son los primeros en quedarse atrás supongo, los lazos de sangre no pueden condicionar las eventualidades que marcan nuestro rumbo. La genética pierde mucha influencia en seres que fueron creados para generar el caos más absoluto.
No elegimos nunca en qué hogar nos queremos criar, tampoco elegimos a quiénes debemos un respeto sin más justificación que su antigüedad en esto de la vida y algún parentesco. No tenemos la oportunidad de escoger un camino lícito cuando somos criaturas que aún no han acabado de formarse, cuando nos parecemos más a una babosa que a un primate...
Porque nos hemos permitido ese lujo, nacemos más débiles que la mayoría de mamíferos, tardamos mucho en madurar psicológicamente, nuestra pubertad se dilata demasiado y parece que no es hasta la tercera edad cuando realmente somos conscientes de lo que somos. Aunque bien es cierto que empezamos a perder facultades y quizá es en ese estado casi vegetativo, cuando somos niños pequeños y cuando nuestra edad se acerca a los tres dígitos que abandonamos un estado de alerta permanente y conectamos de nuevo con la naturaleza, quizá es en los dos extremos de nuestra vida donde realmente alcanzamos la sabiduría. Tal vez la edad adulta sólo sea una castración mental transitoria impuesta por la sociedad humana, nos ponemos una venda voluntaria porque no podemos aceptar la realidad.

Alcohol, tabaco, marihuana, cocaína... son nombres de prostitutas nocturnas con las que pasamos largos periodos para evitar caer en la tentación de hablar con nosotros mismos, de recapacitar acerca de cosas que realmente importan porque las hemos etiquetado como "crisis existencial". Tenemos un arma muy poderosa para detectar cuándo nos salimos de las líneas que nos han impuesto: la ansiedad. Cuando aparece sabemos que tenemos que recurrir a una droga, nuestro cerebro está despertando y hay que dormirlo de nuevo. Ciclos sin fin en una vida sin penas ni glorias que más temprano que tarde se convertirá en un eco en la eternidad. Llenaremos el vacío con más caos, dejaremos de ser.

La banalidad de nuestras preocupaciones nos mantiene vivos durante un tiempo, pero la lujuria, los excesos y sentir la muerte cerca de nuestros rostros, notar cómo el corazón palpita con toda su fuerza y cómo nuestro torrente sanguíneo provoca tsunamis imparables, haciendo pasar el líquido vital por oquedades angostas, ese tipo de sentimientos y situaciones nos hacen replantearnos el auténtico sentido de la vida. ¿De qué sirve una vida?
Realmente podemos verlo de muchas formas, pero la única realidad que homogeneiza a toda la humanidad es que nos pasamos la vida preguntándonos acerca de la muerte y qué habrá después. Temerosos y medrosos nos han inculcado que la vida no es lo que importa, sino lo que hay después. Religiones de la muerte, desde las monoteístas hasta las politeístas todas tratan de enseñarte a vivir siendo un mero trozo de carne que debe de molestar lo mínimo posible a los demás y cual autómata, repetir una y otra vez las acciones que ya hicieren sus predecesores años atrás. Pero en su súmmum, en su zenit, todas están hablando de la muerte.
¿Por qué creamos y seguimos religiones que nos enseñan a cómo morir y no a cómo vivir?

¿De dónde sacamos las fuerzas para vivir un día más si nuestra convicción última es que el suicidio sólo es malo porque no queremos disgustar a los demás que esperan algo de nosotros que nunca seremos capaces de alcanzar? ¿vivimos para nosotros o para los demás?

¿Es egoísta el león que caza para alimentarse? ¿es egoísta una estrella que consume todo el hidrógeno que está a su alcance? ¿son los agujeros negros malos o buenos?
Quien sea capaz de preguntarse este tipo de cuestiones o simplemente pensar en responderlas (muy probablemente haciendo una pausa sin emitir sonidos ni mostrar expresión facial alguna para asegurarse de que su respuesta no le hará verse débil frente a su mesnada) está perdido en la vida, no sabe absolutamente nada y en estos momentos, para tratar de cortar la sangría que se ha abierto se auto-flagelan por no haberse dado cuenta antes y a su vez personifican el odio a través de cuestiones tales como "¿Y acaso usted sí sabe algo? ¿qué es la vida entonces? ¿quién le ha conferido la autoridad para decirme que no sé nada o que ando perdido?"
Preguntas que aún rebajan más la auto-estima de la presa cuando es consciente que la autoridad la confiere ella misma al leer con tanta atención estas palabras y al haber dejado que abran un agujero en su alma.

Volviendo a la primera parte del párrafo anterior, piénselo bien: sin poder dar ninguna definición real y empírica del bien y el mal, la mediocridad del ser humano le empuja a personificar objetos, entes y fenómenos naturales, le impele a contestar todas las preguntas que se le formulan aún cuando no las entiende, sólo porque así nos lo han dicho cuando éramos bebés. Se ve coaccionado a plantearse si un agujero negro puede conocer el bien y el mal y actuar de forma consciente enfocando sus acciones a uno de esos dos lados. También se podría argumentar desde la mezquindad que no lo hace conscientemente, pero es malo porque a nosotros no nos trata o trataría con piedad, porque para él sólo somos unos puntitos brillantes que podría aplastar sin proponérselo.
Finalmente se podría incluso sostener, con un toque muy vulgar, que no es bueno ni malo, dando por hecho que la respuesta correcta cuando no se sabe de algo siempre es la medianía, quedarse en el umbral, no decidirse por una puerta u otra, simplemente quedarse en el corredor esperando que alguna se abra o que alguien a quien podamos cargar nuestra responsabilidad nos indique el camino.

Llegados hasta este punto se podría profundizar un poco más en la mente del ser humano, si realmente quiere hacerlo, relea el párrafo en el que comenzó a sentirse adocenado y cambie "estrella" por "humanidad", cambie "hidrógeno" por recursos naturales, cambie ahora "agujero negro" por "dios". Y entonces lea de nuevo la última parte, verá cómo su vida da un vuelco si es que acaso queda algo de inteligencia real en usted, si es que no se la arrebataron cuando dejó de ser un niño.

Si durante la lectura de este texto sólo tiene ganas de aprender más y de reflexionar, si realmente nota que algo ha cambiado en su vida, entonces siga luchando. Si no ha sentido nada o si simplemente la vanidad y su naturaleza le impide reconocer que los demás influyen en usted, quizá por miedo, entonces deje de tener miedo a la muerte. Usted ya está muerto.

 Athánatos - Presentación del día de la luna, Introducción.

miércoles, 2 de enero de 2019

Por el bulevar

Siempre bebemos para celebrar u olvidar
Yo no quiero beber nunca más
No celebraré que te fuiste
No quiero olvidarte

Otro paseo más por esta calle tan mal iluminada
La humedad se torna en niebla en este bosque de farolas
Nada entiende quien nunca pierde
Me pesan las expectativas más que los concursos

¿Veré la luz de nuevo?
Quizá el sol me acaricie en el nuevo amanecer
Como las estalactitas hacen llover muerte
Nos lanzamos sin saber 

Las estalagmitas buscan el cielo
Y mientras, mi rostro se consume
La presión es insostenible
Como un homo sapiens que quiere conocer las estrellas

Necesito ese soplo de aire fresco
Me hundo en las mismísimas miasmas
Otrora rezaré al cancerbero
Que en los abismos del placer muere la verdad

Mañana te enfrentarás, lucharás y no podrás rendirte. Llegará la prueba del fulgor, donde te queman la espalda tratando de llegar a tu corazón, ¿resistirás el calor de la mismísima iluminación? ¿te levantarás a abrazar el frío de la muerte para templarte? 

Evita caer esta vez, ya queda menos camino, lucha, resiste, muerde con toda tu furia, cuando la presión aumenta, más poder ganas. Entonces te crecerás, no desfallecerás, nadie puede salir ileso en un enfrentamiento consigo mismo, pero tampoco se puede perecer.

Escuela kerkeliana - Volumen tercero, Sonderhass