lunes, 16 de agosto de 2010

Sociedad basura (II)

Los amores vacíos de la juventud. Esas chicas novatas en el amor, que piensan en utilizar cualquier chico que no sea demasiado conocido en su círculo de amigos para aprender a besar y de paso, aprender a decir cosas románticas mediante las cuales, jurar amor eterno. Así, apuntan estas frases y técnicas de beso en su mente y cuando se creen preparadas, simplemente: rompen el corazón de aquel chico inocente que pensó que había tocado techo.
La chica, pensará que esto quedará ahí, pero, no sabe el monstruo que acaba de germinar.

Ahora, ya desatada, la chica buscará otro pobre imbécil de paupérrima dignidad sobre el que lanzar sus redes y practicar tocamientos sexuales, esto se presupone como una preparación de alta exigencia con un cronómetro que se acelera por momentos; hay que aprender todas las técnicas sexuales cuan pronto sea posible. Así, cuando llegue el amor verdadero, no habrá más que tirar del uso de la memoria. Pero ahora ha dado de comer al gremlin.

Todo está preparado, al ataque, el chico popular, más acicalado que el resto, más "guapo" está adormecido sin esperar el ataque de la viuda negra. La chica, que contó sus aventuras descarriadas a sus íntimas amigas, ahora, las necesitará más que nunca. Ella no es fea, tiene experiencia, es popular, parece que el póquer le sonríe, pero, lo que de veras figura en su currículum es una fama de prostituta, de casquivana y de ramera. El inocente chico popular, aceptará quedar con ella, una y otra vez, mientras le mira a los ojos y le dice que ella es maravillosa, que encajan cual puzzle, mientras piensa en cómo narrar con otro registro, la hazaña.
Así, haciendo camino al andar, después de una acalorada despedida, presumirá de haber desflorado a la princesita, de haber clavado su aguijón en la piel pálida.

La imagen social de la chica, estará manchada de corrupción, de sexo sucio para siempre, nunca levantará cabeza y siempre será una concubina a la que se la mira por su cuerpo, no se le reconoce nada y todos fingen ser sus amigos sólo para tocarla, porque ya está corrupta. En todos sus años de adolescencia, ya nadie la amará, cuando crezca, deberá separase de sus amigas o estas se encargarán de destruirle las relaciones y quedarse así con los chicos. Si ella enfada, qué importa, siempre abundaron hasta el punto de sobrar las ninfómanas.


También está la opción de ser asexuada, de vivir en la castidad, de sumirse en una piscina de vergüenza. Quizás la forma física no acompañe, quizás no lo haga la belleza. Sin embargo, siempre habrá algún tipo desalmado que querrá aprovecharse de esto. Veamos, una chica entrada en carnes, no muy popular, culta e inteligente; pero fácilmente manipulable...
Este es el tipo de chicas que hacen las mayores locuras porque no se quieren a ellas mismas, no se valoran y no saben que valen mucho más que el resto. Así que se dejan utilizar por cualquier tipo.

Entra el antagonista en escena, con poemas de rimas consonantes, bebiendo alcohol prematuramente, fumando y diciendo palabras malsonantes. Se crea una imagen, a base de puñetazos, de tipo duro. Es el malo, el guapo que tanto atrae a la chicas que son princesitas impolutas, o eso dicen ser mientras se masturban en su habitación con cualquier objeto pensando en ese tipo, en el malo de la película.
Las princesitas son caprichosas, caras y difíciles, es mejor ir a por la patita fea; así ponen rumbo hacia ellas, las engañan, las encaprichan, las enamoran, las hacen felices para que se dejen hacer tocamientos sexuales, para que le hagan felaciones al chico, para que éste pueda cumplir sus mayores fantasías sexuales, con el único precio de ser una sabandija mentirosa y aguantar las burlas del resto por ser la pareja de la más fea, la menos aceptada. O eso era antes de salir con dicho chico.

Con el tiempo, el chico la dejará, después de haberse bebido todo su jugo, le clavará un puñal en el corazón y la dejará desangrase hasta que aparezca otro impresentable.



Están narrados los cuatro tipos base de adolescentes enamoradizos, hay uno oculto, pero antes de que cada uno se busque para identificarse, mejor que se lo lea todo y descubra quién es.