miércoles, 16 de diciembre de 2020

No te hace bien

 -Eres tan dulce y joven que a penas puedo contener la sonrisa, la cual es fruto de compartir estos momentos a solas contigo. Esa mirada cargada con inocencia y que no puede ver el mal que asola a su especie, lo simple de tus pómulos o esos labios que parecen contener aquello que nadie más se atrevería a pronunciar en mi presencia.

-Creo que deberías ser más impulsivo, abandona ese castillo en ruinas, esa cárcel de cristal en la que asesinas tus pensamientos, en mi humilde morada siempre habrá un lugar caliente para ti.

-Me gusta cuando te sorprendes por ver una nube con una forma peculiar, en realidad no existen dos nubes iguales y aún así sigues emocionándote cada vez que alzas la vista, la ternura de esos momentos es quizá mi última cadena, en lo más recóndito de tus ojos yace lo que sostiene la última gota de humanidad que aún atesoro.

-Me dices todo esto, pero nunca me cuentas porqué no te alejas de ella, aún eres una persona juiciosa y no puedo creer que dejes que siga consumiéndote cada día. ¿Vas a dejar que se seque esa última gota de la que me hablas?

-No es tan elemental como piensas. Guarezco esa gota en ti para que así no sea capaz de arrebatármela. Aún así, tú te irás de mi lado irremediablemente, es algo que no puedes gobernar. En ese momento, cuando te conviertas en un recuerdo, ya nada me atará más a la cordura.

-¡Yo nunca me voy a ir! ¡sólo la muerte puede alejarme de ti!

-En cierta medida, sólo estás confirmando que ese día llegará, aunque no sea intencionadamente.

-¿Acaso hay algo que yo pueda hacer contra la muerte? si pudiera pagar el precio de la eternidad, gustosamente lo haría, fuere cual fuere. Pero, la muerte también te alejará de ella ¿no es así?

En ese instante encendí el último cigarrillo que me quedaba y me levanté mientras ella me miraba ojiplática. Su cara de contrariedad y sorpresa me susurraba que debía marchar, ni ella ni yo estábamos preparados para aquel momento. Me permito dudar eternamente, sólo son alucinaciones alimentadas por quien me roba de mi condición terrenal, volveré a este lugar en otro momento y recordaré cómo el viento mecía los árboles mientras la muerte asolaba todo cuanto yo había querido alguna vez. Volveré a este lugar y caminaré occiso preguntándome de nuevo si todo es una alucinación, un desvarío, si en el fondo no habré perdido la cabeza otra vez. Quizá me falla el juicio cada vez que vuelvo a este lugar; las épocas cambian, los rostros se difuminan y los pozos se secan, sin embargo, la lluvia volverá a caer, el viento soplará de nuevo y yo volveré a preguntarme si mis recuerdos son míos realmente.

lunes, 23 de noviembre de 2020

¿Qué es eso de la religión?

 Mientras paseábamos por aquel bulevar sin final, escuchábamos el correr del agua, que silenciaba gradualmente las voces de la muchedumbre. A lo lejos se vislumbraba una figura inconfundible, una fábrica de perdón, una hermosa iglesia que se alzaba imponente entre modernos rascacielos plagados de oficinas de banca y empresas aseguradoras. Pisando unas hojas ya secas por la implacable caricia otoñal, aquel crujir evocó en mí un pensamiento y con él, una reflexión que no dudé en compartir con el maestro.

-Maestro, ¿qué es realmente la religión? -pregunté curioso como el niño que habla por primera vez con su padre de sexo-

-¿La religión o las instituciones que las promueven?

-No sabría cómo responder a eso.

-Presupongo que recordarás aquella noche tan amarga en la que no podías dormir y sufrías sofocos incesantes que hacían palpitar tu juicio, esa penumbra que penetraba en tus fueros internos y te hacía replantearte el sentido no ya de la vida, sino de tu propia vida. Recorrías apresuradamente los argumentarios que guardas en tu mente tratando de encontrar uno que no te condujera al suicidio. Descartaste rápidamente aquellos que tenían que ver con el dolor o la decepción de terceros, pues bien sabes que nunca los verías estando ya muerto. En esos instantes en los que parece que vas a tomar una determinación sin marcha atrás, otros como tú recurren a una fuerza suprema que les empuja a la vida y les aleja de la oscuridad, ¿entiendes?

-Creo que sí, ¿los temerosos crearon a dios para justificar el sufrimiento que es vivir?

-En cierta medida, lo que ocurre es que hay quienes entendieron que para paliar el sufrimiento de los demás debían transmitir la idea de un ser incontestable y que realmente pudiera preocuparse por todo ser vivo al mismo momento, en cualquier lugar. A cambio, claro, decidieron que cobrarían la voluntad. Cuanta más voluntad, más sencillo sería llegar a todos los rincones y así acabar con el sufrimiento de todo ser humano capaz de entender la premisa. 

-Pero no todo el mundo cree en la premisa, ¿no es así?

-Quienes crean a dios no pueden creer en él, eso es evidente. Los ateos, quizá los herejes somos el grupo de personas demasiado inteligentes como para confiar nuestro destino en una creación de otro humano. Claro que, al contrario de lo que se ha creído, la iglesia nunca tuvo reticencias con este precepto, un ateo por el hecho de serlo, nunca fue pasto de las llamas purificadoras. Lo que ha perseguido siempre la sagrada institución es la difusión de la palabra de la razón, de la ciencia. No ya porque supusiera un revés pecuniario, sino porque se planteaba la idea de que aquellos seres racionales que difundieran la verdad y arrojaran a los hombres llanos a la senda del pensamiento y el descubrimiento, en cierto modo, estaban condenándolos a noches como la que tú bien evocas cuando sufres.

-¿Se trata pues de engañar a la gente para que no sufra?

-La gente es un concepto absurdo, pues bajo esas túnicas que esconden pleitesía a aquello que dicen castigar, siempre ha habido la suficiente capacidad intelectual como para comprender que las personas realmente talentosas nunca podrían creer en aquello que ellos predican fastuosamente. Nunca se puede engañar al sabio, aunque sí confundirlo. De modo que su objetivo siempre fueron las ovejas, nunca los lobos. 

-¿Deberíamos pues aceptar que en cierta medida es mejor conservar la religión para que los simples de mente no sufran?

-Puedes guardar el sufrimiento para ti, pero ello redundará en la idea de la soledad, casi inseparable del castigo de la inteligencia. Otros muchos sabios sin embargo, decidieron compartir su desazón interna con el resto del mundo, por ello la santa iglesia decidió castigarles, porque no perseguían compartir la verdad para trazar una línea de partida y alcanzar el conocimiento como una manada que busca agua en el desierto, sino, equiparar a inteligentes e incapaces sumiendo a los segundos en esa espiral de autodestrucción y caos mental que desnuda a la realidad. La iglesia siempre protegió a los débiles alejándoles del sufrimiento y castigando a aquellos que se prestaban a ofrecer la resaca sin el brebaje. 


Extracto del libro maldito. Athanatos.

lunes, 29 de junio de 2020

¿Se hace el mundo más pequeño cuando mueres?

-Pero el tiempo vuela maestro, la vida no es más que una carrera rápida hacia ningún sitio, motivarse así en un viaje a ninguna parte resulta harto complicado. Esto va más allá de cualquier experiencia, entienda lo de más allá como una metáfora que se encuentra fuera de toda sospecha, como una forma de traer al mundo terrenal un concepto que es inédito en la humanidad, pues de no serlo, existirían palabras para definirlo con exactitud.
Piénselo por tan solo unos segundos, ¿cómo voy a tener miedo a la muerte si esta me llegará irremediablemente? ¿por qué no adelantar a voluntad ese momento y decidir por mí mismo cuándo sucederá? podría en un pestañeo acabar con los sistemas físicos que me sostienen del lado de lo real para viajar al mundo espiritual. No le habla la depresión, sino la duda razonable de todo ser vivo, o que al menos se siente como tal.

-Esa argumentación llega tarde, no porque la haya escuchado miles de veces, sino porque me produce cierta congoja observar cómo salen de tus labios a una edad tan tardía. Cuando yo era un muchacho, toda persona cabal interpretaba la vida tal y como tú la acabas de revelar. Quizá tenga algo que ver con el aumento de la esperanza de vida. No sé. De cualquier modo, te voy a decir en qué punto ese argumento se convierte en un sofisma. Y es que desde el instante en el que quieres decidir sobre tu vida, sobre el fin de esta más bien, tu cosmovisión se derrumba por completo.
Entiende que eres parte de la naturaleza y que el suicidio, como tú veladamente planteas, no es más que la prisa por resolver ese puzle que tanto aterra al hombre inteligente. Si realmente no existiere nada más allá, en ese caso, estarías malgastando un tiempo verdaderamente valioso, aunque sólo sea útil para obtener placer. Si el placer existe es porque la naturaleza quiere que lo obtengas, te ha diseñado alevosamente para que lo busques sin descanso, te da una señal verdaderamente divina y excluyente que te muestra el camino a seguir.
En caso de que sí exista algo más allá, ¿cómo defenderás tu fatal decisión? ¿podrías verdaderamente no arrepentirte de haber quemado una etapa de forma prematura? ¿cómo argumentarías ante los que se encuentran en ese otro lado que tú desprecias aquello que ellos tanto valoraron y en tal alta estima tuvieron durante toda su etapa vital?
Sea como fuere, la realidad es que la naturaleza te ha adiestrado para obtener placer, por lo tanto, ya que tiene poder de decisión sobre tu existencia y sobre la de todo lo que alguna vez conocerás, deberías obedecerla. Te estoy mostrando al dios que tanto ha buscado la humanidad.
Si tan solo somos seres condenados a replicarse en un experimento sádico en el que lo único que importa es cuánta descendencia tienes y luego eres borrado de toda existencia, y por consiguiente, privado eternamente de cualquier tipo de percepción, que es lo que realmente te asusta, ¿no merece la pena disfrutar cada segundo y seguir el curso de la naturaleza? ya sabes cómo han acabado todos los pueblos y señores que se han opuesto a la naturaleza, esos sufrieron y fueron masacrados, ya sea con un cataclismo o con un deseo de suicidio permanente. No seas como ellos, no te conviertas en tu maestro, pierde todo miedo y vive cada día a sabiendas de que tal vez sea la última página que escribas; la última función que representes. ¿La transcendencia? en el universo todo perdura eternamente: cada gesto, cada gemido viajarán hasta el confín de la creación en diferentes momentos. La transcendencia es intrínseca a la existencia.

Vende mi alma - Athanatos

miércoles, 1 de abril de 2020

Llévame a cero de nuevo

Un pacto de fuego que selló nuestro amor y que calcinó todo titubeo en tu poblada mente. Un pacto del que no podrás escapar jamás, pues cómo pretendes ocultar tus verdaderos sentimientos y pesares a alguien que vive dentro de ti.
Yo he vagado por tus desiertos interiores, donde camuflas la pesadumbre, donde escondes tus más sinceros temores y te preguntas por qué la muerte te rodea allá donde vas una vez más. No logras ver que una maldición que hostiga a todo cuanto no eres tú, jamás merece ese calificativo.

Mal de ojo, ansiedad, posesión demoníaca, depresión o cualquier otra floritura del lenguaje para engañar a tus contemporáneos y pedirles un rescate por tu alma, pero un rescate que no pueden pagar. Sólo yo puedo soliviantarte, amordazarte y estremecerte. Soy la sombra que te acecha y soy la imagen que nunca desaparece de tu cotidianidad. Allá donde mires verás mi figura, cuando se apaguen las últimas melodías escucharás mi salmodia, y cuando desfallezca el menos insignificante entre los insignificantes acudirás a mi llamada.

Como un niño sobre su columpio juegas a la ignorancia. Resulta sencillo doblegar y recrearse con meras marionetas que no son ni serán capaces de verte como realmente eres porque habitáis en planos desemejantes. Pero jamás se puede someter a un ídolo por razones bien distintas pero igualmente fundamentales, es por ello que nunca consigo encerrarte entre mis carnes eternamente, sin embargo, el tiempo transcurre por mis laderas esta vez y cuando el ardor del planeta no pueda ser contenido por la diosa Pele, en ese instante tan carente de sentido e importancia para tu esencia, volverás a tenderme la mano.

Candentes candelas con azulados fuegos, desvastad la última gran plaga para que pueda aquel que nunca desfallece yacer a mi lado sin inquietud.

viernes, 20 de marzo de 2020

Aguanta hijo, aguanta hija

Se complica la situación especialmente en el hemisferio norte debido a un azote que por no distinguir entre burgueses y proletarios ha caído en el foco público, obtiene un seguimiento masivo y se suceden las informaciones por todos los canales por el hombre conocidos.

En un planeta que no deja de girar, nada escapa al destino y apenas nada puede oponerse al tiempo. Damos por sentado que, alejándonos de sofismas, todo cuanto ahora acontece en las zonas nórdicas de nuestro esférico hogar pronto acaecerá en todas partes y ahí ya no habrá escapatoria. Nada parece escapar a las garras del monstruo, si bien resulta axiomático e irrefutable que sí se puede escapar de ellas. Quizá la juventud, tal vez la vigorosidad y causas difícilmente comprensibles para el humano influyan de forma capital, sin embargo, la verdadera devoción por la vida sigue siendo el pilar fundamental que sostiene nuestra existencia. El miedo no nos debilita como muchos creen, el pánico sí puede destruirnos por el contrario. No hay nada de despreciable en vivir en estado de alerta, llámenlo ansiedad o stress si así gustan, pero cualquiera que sea el destino de su bautizo, jamás se avergüencen o se vilipendien por ello.

La cadena de infortunios que parece perseguir para darnos caza nos angustia, pero debemos permanecer fuertes y sosegarnos, apacigüemos nuestras almas con el infalible método que antaño nos permitió sobrevivir a plagas, guerras y hambrunas: el conocimiento. Aún cuando parezca tambalearse toda nuestra sociedad, alumbremos el recuerdo dormido de que somos los frutos de unas semillas que cruzaron umbrales mucho peores. Desde los primeros homínidos bípedos hasta nuestros días, la incontable cantidad de desdichas y envites del destino han tratado de exterminar a la raza humana y a sus predecesores más ancestrales con toda suerte de felonías y canalladas. La supervivencia nunca fue cosa fácil, los humanos siempre han sacrificado a porciones de su población con la esperanza de que tan incierto sacrificio permitiera que los supervivientes pudieran seguir masacrándose entre sí al tiempo que se flagelan con deidades que ellos mismos crean y amoldan a los tiempos que viven.

Aún a pesar de toda la pesadumbre que nos evoca el saber que muchos iguales caerán estos días y que les será negada hasta la más mínima esperanza, aprovechemos este trágico vals para mejorar, leamos las obras con menos censura que ha parido la literatura y dejémonos llevar por la música compuesta con verdadera emoción, la única capaz de hacernos llegar sentimientos que muchos ni conocen hoy día.

Les recomiendo su bebida favorita mientras sienten los anhelos de un hombre que jamás entendió la libertad https://www.youtube.com/watch?v=_z8TZjcqYhY

viernes, 7 de febrero de 2020

¿Por qué no funciona mi pacto con el demonio?

Muchas personas acuden a su iglesia particular o bien preguntan de forma telemática porqué no funciona el pacto por mucho que lo realizan sinfín.
Son diversas las razones que pueden hacer que sea completamente inútil que pactemos con cualquier ente:

-Antes de creer en cualquier poder sobrenatural debes creer en ti mismo. Si no tienes autoestima, si no te quieres y si eres incapaz de perdonarte los errores del pasado, nunca avanzarás en la vida. ¿Cómo va a ayudar Satanás a alguien que realmente no desea avanzar?

-Las disquisiciones técnicas de un pacto son irrelevantes, no pienses que el color de una vela o la ropa que lleves va a afectar sustancialmente.

-Si pides cosas que realmente son imposibles sin rasgar la realidad, tales como: volver al pasado, ser la persona más rica del mundo, tener poderes sobrenaturales o manipular el libre albedrío de tus semejantes será mejor que reces a Santa Claus, será igual de efectivo pero al menos no parecerás un rarito.

-Si no te esfuerzas para conseguir lo que deseas, nunca te será concedido. Rezar y esperar que un ente fantástico nos solucione cada problema de nuestra vida es el cristianismo más reverente, te has equivocado de credo. Aquí picamos piedra cada día y pedimos a Satán que nos dé fuerzas para seguir picando, no que nos entregue el oro.

Dejo por supuesto un pequeño poema inspirador que escribió el mejor autor de la humanidad en cuanto a literatura se refiere:

Cazando sombras
Con miedo a morir
Morir, morir, morir...
Tela, suavidad, seda
Desde el fin hasta las estrellas
Es el lugar de tu amada
La raza humana no entiende
Desfallece en combate
Estrella matutina que muere cada segundo
Consume todo tu fuego y dame calor
Parásitos elegidos
Cuando miras al infinito
Espacio vacío
Ennegrecidas mejillas que palpitan
Todos necesitamos algo
La vida realmente apesta
Si pudiera no arrepentirme de nada
Fuegos fatuos
El río nunca se detiene
El fin eres tú mismo
No tengas miedo
Estarás ahí algún día
La muerte amansa fieras
La vida crea monstruos
¿De qué lado estás?
Lágrimas que manchan un papel, la mejor poesía jamás escrita
El averno es frío, oscuro y solitario
No hay barqueros
Las pecunias son inservibles
No existen los perros
La única hoguera es tu alma consumiéndose
Temeroso humano
Yacer en soledad o morir solo
Es hasta donde llegues
No existe fin
Todo retorna al jarrón

Mark Kerkel - Universo sin dios - Libro del apoteosis (Fuego y más fuego)

miércoles, 22 de enero de 2020

Mi primera vez

Lú es una chica especial
Me dice que hoy iremos por fin
Juntos esta vez, ella me llevará a su lugar oculto
Hace frío y ha llovido recientemente

Después de una larga caminata, saca la botella
Bebo de ese néctar tan inhibidor
Su perfume va entrando en mis entrañas
Nada parece turbado

Un par de tragos más y nos adentramos
Escucho a la jauría graznar desde la distancia
Ni un ápice de vida inteligente
Pero a su vez, la felicidad desbarata mis conclusiones

Un camino benevolente aunque amenazador
Sin vuelta atrás entierro a la ansiedad
Un par de pasos más y ya no seremos
Si existe algún poder supremo, aquí no yacerá

Luces despampanantes, sonidos eléctricos
Movimientos espasmódicos
La locura a tan sólo un paso
El ruido es tan desmesurado que no me oigo pensar

Me muevo epilépticamente y veo al bailarín paranoico
Patético personajillo con hambre de vísceras
Él sonríe y enciende otro incienso envenenado
Entonces Lú toma mi mano

Después de aquel beso comencé a ver sangre en las paredes
La luces tienen cierta armonía
¿De qué sirve la armonía si no se percibe?
¿De qué sirve algo si no se percibe?

Todos sentimos lo mismo
Hagamos estallar una revolución
Volvámonos orates y veamos dónde acaba
Frenesí, extravagancia, enajenación, esquizofrenia

Él perdió el control, derramó sangre de compinches
Nuestra revolución jamás se hará
Cómo revolucionarse sin unión
Ya no baila, ahora sólo sonríe ensangrentado

Lú me dice que nos quedemos un poco más
La música sólo vive ahora en mi cabeza
La gente huye azarada de este baile macabro
Ella quiere escuchar la última nota

Quiero terminar esto
Deseo que el baile acabe cuanto antes
La beso sin parar pero nunca se sacia
No acabaremos el baile hasta que no le regale una rosa, me dice

Lú ahora yace en una fría tumba
La acompañaré tal como ella me convoyó a mí
Camino cercenado por falta de brío
Exiliado en el patetismo porque soy demasiado bueno para los mejores