miércoles, 12 de abril de 2017

Dame más

Avanzamos a paso lento, da la impresión de que esto no sirve del todo. Si algo he aprendido durante el tiempo que he estado expuesto es que realmente no se puede vivir del pasado.

Hay quienes viven en el pasado y quienes viven de él. Cuando comencé la universidad pensé en un mundo nuevo. Dejar atrás el pueblo y dejar atrás los caminos espinosos que se colapsaban ante el poder de la lógica más siniestra. Con el tiempo me di cuenta de que el mundo está configurado de otra forma, de que esa felicidad que me causaba dejar todo atrás y comenzar una nueva etapa no era un gozo racional, sino una actitud infantil como quien escupe en su propio plato.

Fue implacable pero me enseñó mucho, me ayudó a encontrarme en una senda en la que la música relajante y los colores vibrantes se apoderaban de mi percepción. Ahora ya me planto ante un mundo nuevo en el que avanzar cuesta muchos sacrificios pero a su vez te devuelve esperanza.

No es el hecho de querer aspirar a más lo que te frena, es el ancla de querer contentar a todos los dioses. Siempre hay quienes se congratulan por tu destino y aquellos que lo aborrecen. No pienses en su felicidad, piensa en la tuya.

¿Un rezo para hablar directamente con el demonio? La sabiduría.

El cajón desastre del infierno - Publicación 1789, página 12. H. V.