lunes, 11 de septiembre de 2017

Sólo son cerillas

Las sociedades son más místicas
dependiendo de si la Luna es femenina
o simplemente masculina.
Allá es donde se forja el horror.

Entre todos los caminos,
desde las alturas,
elijo el viaje a Nepal
El fuego funde al hielo.

Introducción del "Saludo a Oriente", libro que compone la guía vitalista satanista, 1803. Anónimo

Me sorprende algo últimamente, ¿saben cuántos de ustedes me preguntan si pueden pedir dinero a cambio de su alma? cientos al día. Lo curioso es que cada vez, cada singular vez se produce en mí un pensamiento inquietante, ¿por qué la gente pide dinero en lugar de las cosas que desea comprar por el dinero?

Claro que, esto hace recapacitar hasta al ermitaño, pues a fin de cuentas lo que hacen quienes sólo buscan dinero es escudar vicios, quizá drogas, prostitutas, sicarios, e incluso, alguien que les quiera. Es también occiso que se ansíe tanto la barbarie, que se evoquen pensamientos del homo más primitivo, que se acerquen y rueguen para salir de una "situación económica delicada" pero no como tal, sino a través de la consecución de favores pecuniarios del ángel caído.
Aún con todo, nada de aquello puede rozar la más brutal de las vanidades, la de aquellos que, consumidos por el fervor, quieren manejar y maquinar la vida de otra persona. Con sus proclamas directamente al vacío del abatimiento buscan interceder en la conducta, en el comportamiento y sentimientos de otra persona.
"Que ella me ame" "Qué su novia lo deje y se enamore de mí" "Que vuelva a llenar mi tiempo libre, que se someta al tirano sin nada más que ofrecer"  sólo son llantos, llantos de desalentados.

No pretendo despreciar la sinceridad que provoca la desesperación última, pero sí desprecio la eterna sumisión, sí desprecio que lo único que hoy día haga vibrar a las almas, o más bien a lo que de ellas ha quedado, es el dinero y el reconocimiento, que la inteligencia humana merme tanto y que por ello jamás desaparezcan las tres grandes sectas.