miércoles, 24 de julio de 2019

Recuperemos lo que es nuestro (I)

Si algo ha perdido la humanidad es el contacto con el universo, hoy día se necesitan potentes aparatos para ver algo que hace algún tiempo se veía a simple vista.
Ver la vía láctea (una parte de ella) desde tu ventana es algo que sólo se puede hacer en unos lugares muy especiales y concretos hoy día, se ha perdido pues, el abrazo de las estrellas y el relucir del fulgor incandescente que nunca alcanzaremos. Cree el ser humano que está más conectado y que sabe más que nunca acerca de lo que hay más allá, pero sin embargo, lo ha expulsado de su vida completamente, muchos nacieron y morirán sin ver lo que nos rodea.

En el pueblo pasaba algo semejante, cuando llegaba la noche y la oscuridad acogía en su velo a todo tipo de criaturas y sucesos inexplicables hoy día, entonces todas las casas cerraban puertas y ventanas a cal y canto. Se aseguraban de que las puertas de madera estuvieran en condiciones antes de juntarlas y echarles el pestillo de paso, como si sirviera de algo, se corrían las cortinas. Las puertas se cerraban utilizando la llave y unos pequeños pestillos que todas las casas del pueblo tenían, una medida que instauró un vecino poco antes de la guerra civil para que las puertas aguantaran más y diera tiempo a huir. 
Se encendían las chimeneas y velas y se guardaba un cubo con agua fresca tapado por un pequeño paño de tela con adornos zoomorfos. Sin embargo, en las últimas décadas, la electricidad había llegado al pueblo. No era electricidad corriente como en las ciudades debido a lo complejo de la instalación, pero sí que se podía conectar un par de "bombillas" para que iluminaran la plaza y de paso, como todas las puertas del pueblo apuntaban hacia ella, se alumbraba ligeramente los umbrales al abrir cualquier casa. 
El progreso y la oposición de la naturaleza a él, el eterno paradigma reflejado en nubes impenetrables de mosquitos cuyo tamaño supera cualquier cosa que se pueda imaginar y cuya voracidad está fuera de toda escala racional. En mitad del bosque, completamente rodeados de árboles, ríos y pequeñas lagunas... instalar "bombillas" fue definitivamente una mala idea.

Fue entonces cuando el pueblo de al lado se inició en esto de la iluminación, por aquello de la rivalidad entre pueblos (excusa política) y por abaratamiento de costes al instalarlo todo como la misma compra (realidad política). Conforme las bombillas ganaban terreno, el cielo cada vez brillaba menos. El continente entero comenzaba a instalar aparatos cada vez más brillantes, los pueblos desaparecían o se convertían en residencias veraniegas para los obreros industrializados. Cada vez me resultaba más complejo esconderme con ella al abrigo de la noche, pasando agachados por si acaso, caminando despacio y sin hacer ruido, escurriéndonos cuando los demás cenaban y dormían. 
Ella no estaba nada contenta con la situación y cuando caminábamos por el pueblo de noche hablaba menos de lo habitual, no mostraba sentimiento alguno pero se podía percibir que estaba destilando odio lentamente y que por su cabeza pasaban pensamientos venenosos.

-¿Qué pasa? ¿por qué tienes ese humor por las noches últimamente? ¿hay algo que te perturbe?
-Cada bombilla que encienden estos primates es una estrella que nunca podremos ver morir, no me gusta nada que nos roben privacidad y que manchen el cielo. Los odio a todos y cada uno, felizmente están condenados.
-Entiendo... pero tú debes comprender la realidad, que es un avance, una forma de superar barreras y de vencer a la oscuridad, resulta curioso cómo ver el mal les tranquiliza, no les importa que algo entre en sus moradas, pero temen con todo su ser no saber qué fue ese algo. Temen al desconocimiento, a lo que no comprenden y ese es, en el fondo, el motor que les empuja a seguir el camino de la superación y por lo tanto, seguir la senda del conocimiento y el progreso.
-¿Progreso? no lo es, ni la curiosidad ni el miedo les van a hacer avanzar jamás, cualquier animal tiene esas emociones. Es el deseo lo que realmente hace avanzar a un organismo, vivo o muerto.
-¿Qué podemos hacer? la humanidad mora y rige este planeta, el futuro avanza hacia donde ellos se mueven, lastimosamente se equivocan siempre, necesitan guías que sean superiores a ellos.
-Si los necesitan es que no son capaces. Si los necesitan es porque son menos que un asqueroso gusano, quien sí se vale por sí mismo. Si los necesitan no los merecen. La aniquilación salvará a las otras especies, al planeta y a ellos mismos.

Siempre ha sabido sacarme una sonrisa porque aún en lo más oscuro de sus palabras brilla la luz de la experiencia, del conocimiento y sabe que yo no soy el redentor, al final siempre puede arrancarme las palabras que busca, comprende cómo funciona el mundo en el que vive aunque lo deteste. 

Así pues, fuimos a nuestro lugar especial y mientras en aquella calurosa noche de verano nos refrescábamos entre árboles y la cercanía del río, comenzamos fijarnos ambos en un cubo de madera que siempre dejábamos ahí por si nos hacía falta para asearnos u otros menesteres. Ella me miró con esos ojos tan penetrantes y profundos y pude ver una mueca de crueldad desatándose dentro de su cabecita. Me quedé callado sin decir palabra y comencé a mirar el cubo, ¿qué se podía esperar en una situación así?
Entonces nos fuimos a la caja metálica desde la que salía la electricidad con el cubo lleno de agua y lo volcamos con sumo cuidado sobre toda la parte superior de la caja... sin efecto alguno. Supuse que en el fondo, el agua no estaba penetrando lo suficiente así que cerramos el armario que contenía a la caja y por una pequeña caña metálica que evacuaba los calores y los gases que se generaban comenzamos a echar agua como si nos fuera la vida en ello con ayuda de nuestro cubo. Entonces se escuchó una pequeña explosión, se detuvo el ruido y comenzó a salir humo. Nos retiramos y nos escondimos en el bosque que estaba completamente oscuro y negro. Fuimos caminando lentamente dando un rodeo y nos escondimos en su casa, a la cual llegamos sin demasiado percance gracias a que volvía a estar completamente sin luz todo el pueblo. 

Todas las luces apagadas, otra vez esa sensación, esa conexión con lo que está al otro lado... cruza el universo y que nadie trate de impedírtelo, porque el brillo del universo es tu brillo, eres tú, si te quitan eso tu vida entonces sólo será una gota más en la lluvia. Nunca lo permitas.