lunes, 3 de abril de 2017

Lleva estas flores a la cima

Las llevo en mi regazo,
homenaje al instigador-
La cuesta soleada no plantea rechazo,
supongo que llegaremos.

Seremos la élite desde arriba,
el precio que se paga para ser primera clase,
viajaremos hasta el infinito
en los mares, en los bosques, con el amor
con la mentira y el dolor.

Allí nosotros llegaremos, paso a paso
cuando la respiración falla
cuando no entra luz
la oscuridad corrompe.

La potencia se mide en palabras
odio al telépata por todo esto
¿quién te invitó a mi cabeza?
en mis entrañas susurra el viento.

Acelero el paso, ya no son.

Es una mujer que me lo pidió
una mujer vieja
No alcanzaré, el frío me toma.
No llevo calcetines como para cantar.

Míralos desde tan abajo...
se supone que deberíamos haber llegado más lejos
la brisa no nos alcanza
ven y dancemos hasta morir

Ya veo la luz, el abrazo cálido de mi madre.

Quédate siempre junto a mí
no dudaré en ser un mártir.
Hasta aquí pude,
sigo luchando.

Lucharé en las llamas del edén
cuando el paraíso arde
los ángeles están desarmados
no son como los demás, aman la vida
porque la vida es belleza para ellos
no libres de pecado pero sí mejores
son los elegidos, los bonitos.

Canto entre la niebla
para que me escuche algún chico
y haga rimar estas oraciones
seguimos siendo.

¿Qué dicen los silbidos?
Siempre lucharemos
tú puedes,
vamos va,
el caníbal, te queremos.

En esta escalada llegarás, deberás descongelar cada mililitro de agua, para poder beber, ahora comienza el sacrificio, sigue hasta el final, es tu objetivo, alcánzalos, síguele. Tan tuyo siempre.

Cloroformo, déjame ir. Capítulo primero.