lunes, 20 de noviembre de 2017

Hablando con el demonio

¿Quieres que entre en tu cabeza?
Veo tu decadente mundo
Mentar al demonio es como echar gasolina al fuego
Cómo le ofrecerás tu alma si no la posees ya

¿Quieres entrar en mí?
Esto es todo cuanto tienes, puedo verlo
No te precipites, espera a la inspiración
Cuanto más negro lo ves todo, más te hundes en la oscuridad


No sé qué instrumento es ese
Aunque me gusta su música
Rosas en un cajón
Apagándose en soledad

Hay mucha humedad en esta ciudad
No me habían llamado nunca desde aquí
Es mi primera vez en este lar
Supongo que antaño fue una ciudad feliz


Cuando hay riquezas debe haber desequilibrio
La pobreza equilibra el universo
Y es entonces cuando llega la desdicha
Allí siempre me llaman

Hago el trabajo sucio
Y espero hasta el día
Dios nunca ayuda a los pobres
Los pobres siempre acuden a mí

¿Cómo es la casa de un señor?
¿Qué sienten los poderosos?
¿Viven allí dónde nacen las torres?
Nunca sé por qué me temen pero recurren a mí.


Anónimo - Libro del sataleno (Edición 1867)